En la esquina norte de la Plaza Fundadores, junto al templo de la Compañía, se localiza esta iglesia que debe ser punto obligado por todo aquel que gusta del arte religioso.
En primera instancia, en la fachada, tenemos los mejores ejemplos de columnas salomónicas de la ciudad.
Después, en el interior, destaca el retablo barroco, bañado en hoja de oro.