Originalmente este conjunto formaba una ciudadela religiosa con tres templos (hoy en día cuatro) dentro de una plaza cerrada por el convento.
Cuando se derribó gran parte de este último y el extenso atrio, sólo quedó una plaza, la San Francisco o Jardín Guerrero, que es la más hermosa y apacible de toda la ciudad.
La recia fachada de este templo es de cantera rosa y el interior es de estilo barroco.
En Navidad ahí exhiben uno de los mejores nacimientos. Algo que realmente vale la pena visitar, bajo solicitud expresa, es la sacristía, de exuberante churrigueresco; considerada como la más suntuosa de San Luis.