San Luis Potosí es un estado que se distingue por sus vecindades y su diversidad. Aunque dice la canción de Pepe Guízar que es “vecino de diez estados”, San Luis Potosí en verdad limita sólo con nueve. Pues entre Aguascalientes y la tierra mexicana del Potosí se interponen los extremos sureste de Zacatecas y noreste de Jalisco. Sin embargo, nueve es número suficiente para ir y volver de San Luis Potosí, el estado que mayor cantidad de colindancias muestra en los mapas de México: con Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, Veracruz, Hidalgo, Querétaro, Guanajuato, Jalisco y Zacatecas.
Dicha situación propicia que el territorio de San Luis Potosí sea de tránsito obligatorio en muchos itinerarios, lo que lo ha convertido en un estado con un suficiente y efectivo número de cruces y ramificaciones en el sistema de vías y carreteras nacionales.
Seguramente también ello explica en parte la riqueza y variedad de sus tradiciones, su historia y su cultura, nutridas y acrecentadas por vecinos, colonos, viajantes y exploradores a lo largo de centurias.
La extensión territorial de San Luis Potosí es de 63,068 kilómetros cuadrados, lo que equivale aproximadamente al 3.2% del total nacional y lo sitúa entre las entidades de mediana extensión en el país, ocupando el sitio número 15 en esa lista. La extensión del estado da lugar a una fisiografíade gran diversidad. Ello, sumado al hecho de que la altitud del territorio varía entre los 68 y los 3,000 metros, motiva una notable variedad de condiciones climatológicas. De esta manera, se acostumbra dividir al estado en tres grandes zonas: Huasteca, Media y Altiplano.
La Huasteca abarca toda la porción del estado integrada por la planicie costera del noreste, por un lado, y parte de los sistemas montañosos de la Sierra Madre, por el otro.
En cuanto a la Zona Media, de clima templado, se distinguen dos regiones: la llanura de Río Verde, en la parte central del estado, y las serranías de la parte suroeste del mismo.
El Altiplano, por último, es el territorio potosino que se extiende hacia el norte, desde la capital del estado hasta las sierras meridionales. Arido y seco, se divide por la sierra de Catorce en dos grandes regiones que cubren la porción oriental de la entidad, desde el norte de la capital y hasta los límites de Coahuila y Nuevo León.
Esta división de zonas geográficas es notable y permite que el visitante testimonie que San Luis Potosí es uno de los estados con mayor diversidad en México. Por ello se vuelve recomendable fijar estancia en uno u otro de los cuatro grandes centros urbanos en ella (San Luis Potosí, Ciudad Valles, Río Verde y Matehuala), que podrían servir como centro de partida para importantes recorridos turísticos. La capital del estado se ubica en el Valle de San Luis, en el extremo suroeste de la entidad. A una altura de 1,887 msnm, la ciudad posee un clima templado.
Es accesible por aire (en vuelos comerciales que la unen con las principales ciudades del paíus: México, Monterrey, Guadalajara, Tampico, más algunas poblaciones del sur de los Estados Unidos); por vía férrea; por carretera, la número 57, México-Piedras Negras, es ya una flamante autopista que cruza todo el estado de sur a norte. Ella pasa por Santa María del Río y la capital potosina para surcar después diferentes ramales.
En el presente la ciudad de San Luis Potosí es el principal centro industrial del estado. Ahí se asientan cerca de dos centenares de medianas o grandes empresas de diversos tipos. Sin embargo, las actividades comercial y financiera son también de creciente importancia.
Cuenta con servicios de hotelería y restaurantería para todos los gustos, exigencias y bolsillos. En ella se pueden recorrer y admirar numerosas plazas públicas y edificios en los que la cantera y su talla resultan en verdad sobresalientes.
La vida cultural y nocturna de la capital potosina es por lo común animada. No hay semana o día en que una u otra celebración o actividad, ya popular o ya culterana, se lleven a cabo. Música, danza, teatro, centros de diversión, cines, espectáculos deportivos y, eventualmente, corridas de toros, son parte de la vida urbana en San Luis Potosí. La ciudad, además, puede servir como punto de partida para realizar distintos viajes a cercanos puntos de interés turístico en el estado.
Ciudad Valles, por su parte, considerada la “capital de la Huasteca”, con una altitud de 87 msnm, es la segunda ciudad de importancia en el estado. Es el centro comercial, agrícola y ganadero de la región. Cuenta, por eso, con una buena planta hotelera en la que diversas agencias de viajes pueden dar pormenores de los distintos atractivos naturales, populares y arqueológicos que existen en la Huasteca.
Valga destacar entre ellos que el sistema de tianguis que distingue a las diversas poblaciones a que se puede acceder, al sur de Valles, por la carretera 85 y sus ramales.
Dignos de mención son también los distintos paquetes de exploración fluvial que se pueden organizar con el auxilio de las agencias de viajes de los mejores hoteles de la ciudad. Así se podrá conocer las cascadas de Tamul o de Micos, los manantiales de los ríos Huichihuayán y Choy, así como algunos rápidos de distintos ríos y afluentes que cruzan la Huasteca.
Entre Ciudad Valles y San Luis Potosí se encuentra la ciudad considerada centro de la Zona Media: Río Verde, 131 kilómetros al este de la capital por la carretera número 70 y con una altitud de 980 msnm. La producción naranjera de Río Verde hace de este sitio uno de los principales centros agrícolas del estado. Por último, alrededor de 211 kilómetros al norte de la capital potosina, por la carretera 57, se llega a Matehuala, el lugar más importante del Altiplano. Situada a una altura de 1,514 msnm, Matehuala cuenta con una oferta hotelera de cierta magnitud debido a su calidad de ciudad de paso en una de las carreteras más transitadas en el norte de México. Ello hace recomendable la estancia para de ahí emprender un viaje a Cedral y Real de Catorce.
Real de Catorce es un poblado famoso y memorable por diversas razones, entre las que su antigua calidad de “fantasma” pasa a segundo término. Con todo, habiendo contado a principios de silgo con una población que rebasaba los 70,000 habitantes y teniendo en la actualidad menos de 10,000, distribuidos entre ruinas, y restauraciones de cantera, Catorce sigue ofreciendo razones que lo hacen de obligada visita para el turismo menos convencional. Con sus minas abandonadas, con sus puertas y ventanas inservibles, rodeado de las montañas sagradas para las peregrinaciones huicholas en busca de peyote, Catorce empieza a buscar que su fama de lugar mágico contagie a los visitantes de un estado que ahí, al igual que en su capital y en la Huasteca, ofrece el misterio que casi todo viajero busca; un lugar más por conocer, un sitio más que recordar, un portento nuevo para admirar.