35 kilómetros al norte de La Pastora se localiza la antigua Santa Gertrudis de Carbonera, hoy Villa Juárez, que se fundó como congregación en 1643. Con más características de un pueblo grande que de ciudad, esta población ha conservado la mayoría de su arquitectura de principios de siglo. La exhacienda Guascama, localizada a 13.7 kilómetros de la cabecera municipal, por una terracería que va subiendo la sierra. Los recios muros de la hacienda, con herrería en sus ventanales y balcones, guardan todos los recuerdos de los tiempos idos. Por el lado norte aún se mantienen enhiestos los arcos del acueducto, el cual terminaba en un trapiche hidráulico (ya desaparecido), que era la fuerza motriz de la también desaparecida fábrica de mezcal. De ella queda un torreón, algunos cuartos sin techos y más recuerdos. El agua sigue fluyendo; viene desde el manantial de Buenavista, a 4 kilómetros arriba.
Su lienzo charro, construido hace pocos años, es lo que mantiene viva a esta población que cada 8 de diciembre se viste de gala para celebrar la fiesta de la Purísima Concepción. Para entonces se organizan verbenas, jaripeos, novilladas y peleas de gallos.
Otro punto de relevancia se halla a tan sólo 4 kilómetros de la exhacienda. Si alguien desea conocer un sitio verdaderamente “fantasmal”, debe venir a Guascama y dirigirse al antiguo Mineral de Azufre de Guxcamá, el cual se localiza detrás del cerro, por una vereda jamás transitada. Dicho mineral, que también fue una villa poblada por ingenieros, desapareció hace unos treinta años por causa de una explosión dentro de los socavones. Nunca más se ha vuelto a explotar ese mineral.
Recorrer los alrededores es percibir el fuerte aroma del azufre; es observar lo que otrora fue un centro económico de relativa importancia, con sus oficinas, casas, estadio, hospital e iglesia, todo construido en la década de los años cuarenta y cincuenta; es sentir la nostalgia de lo ya extinto; es percibir el vértigo de los enormes cráteres de mina y, sobre todo, es conocer un pueblo realmente fantasma.
Otros puntos de interés en este municipio son la paradisiaca laguna de Santo Domingo, y el exmineral de yeso “La Borreguita”, en la estación de ferrocarril La Borrega, a 8 kilómetros de la cabecera municipal, por el camino a Palo Seco. Se dice que una antigua tradición era la “charlotada” (ya extinta), colorida fiesta de Carnaval, en febrero.