Numerosos e importantes pueblos y culturas nativos, florecieron en el actual territorio veracruzano antes de la Conquista Española, su privilegiada ubicación entre la costa del mar y la Sierra Madre Oriental, con distintas elevaciones del terreno cubiertas siempre de vegetación, clima cálido, lluvias abundantes y ríos caudalosos, fueron los elementos determinantes que atrajeron desde tiempos tempranos a los pobladores del nuevo mundo; los arqueólogos han descubierto cerámicas muy tempranas que son testimonio de la ocupación humana, con una cultura que la identificaba con más de mil años antes de la era cristiana.
De la época que llamamos Preclásico, que corresponde al nivel de desarrollo aldeano, nos quedan testimonios muy importantes de una cultura local que se extendió desde la región de Orizaba hasta la cuenca del Tlacotalpan y que se conoce como la cultura de Remojadas, caracterizándose por asentamientos cuyas edificaciones eran de tierra apisonada, y donde los antiguos habitantes destacaron por su habilidad en el modelado de vasijas y figuras de arcilla cocida, decorando muchas de ellas con pintura negra a manera de betún.
El atractivo artístico de este arte cerámico, lo pueden admirar los viajeros en Veracruz en las espléndidas instalaciones del Museo de Antropología en la ciudad de Jalapa.
Sin embargo, de ésta primera época del desarrollo cultural mesoamericano, el mayor atractivo en veracruz lo constituyen los restos de la civilización Olmeca. Misterioso pueblo que edificó algunas de sus principales capitales nativas en ésta entidad.
Asimismo en el museo de Antropología de Jalapa se exhibe una colección del arte olmeca, aunque también a unos cuántos kilómetros adelante del pueblo de Tenochtitlán, se encuentra la ranchería de El Azul, donde se conservan dos extraordinarias esculturas olmecas, que probablemente representan una pareja de sacerdotes en mgnífico estado de conservación consideradas auténticas obras maestras del arte mesoamericano.
De la época Posclásica hay importantes localidades arqueológicas como Cempoala y Quiahuiztlán, cercanas al puerto de Veracruz, cuyas ruinas fueron testimonio del contacto entre totonacos y españoles.
En Castillo de Teayo, el visitante encuentra en la plaza central del poblado una extraordinaria pirámide con su templo y la mejor colección de esculturas azteca-huasteca en el área, y ya que hablamos del Puerto de Veracruz, ahí en el Baluarte de Santiago, hay un pequeño museo, donde se exhibe una valiosa colección de joyas de oro, de estilo mixteco, testimonio de los primeros cargamentos de metales preciosos que los españoles enviaron a su patria, después de la conquista del territorio mexicano.