Gracias a la industria del henequén en México, la comunidad coreana comenzó a crecer en nuestro país, principalmente en Yucatán en 1905, en donde aprendieron a hablar maya antes que el español.
En los años 40 muchos coreanos se desplazaron a la Ciudad de México en busca de nuevas oportunidades ante la imposibilidad de regresar a su país.
Al igual que muchas comunidades extranjeras en México, los coreanos se protegen culturalmente para estar más en contacto con sus raíces. Es posible visitar en la Zona Rosa de la Ciudad de México decenas de negocios coreanos de todo tipo: restaurantes, tiendas de moda y belleza y karaokes.
Es toda una experiencia encontrarse en su barrio, escucharlos conversar en su idioma, probar sus platillos, disfrutar su cultura y escuchar su música.