Las Jacarandas son originarias del Centro y Sudamérica. Las jacarandas por lo general miden de 10 a 15 metros, con ramas leñosas y aunque requieren de un clima templado y de los rayos del sol, también se pueden adaptar a diversos ambientes.
Sus flores son alargadas y tubulares, miden 5 centímetros y se integran en panículas (pequeños grupos de espigas). La jacaranda posee una corola (conjunto de pétalos unidos) constituida por dos o cuatro estambres a manera de embudo.
Son susceptibles a las heladas, por lo que buscan refugiarse de los vientos fríos y no se cultivan en temporada de invierno.
Cuando las jacarandas se encuentran en crecimiento es posible transplantarlas si se tienen ciertos cuidados como podarlas con regularidad. Las jacarandas se encuentran totalmente maduras a los 15 años.
Los frutos de la jacaranda son una especie de cápsula, con una pulpa en su interior, además desarrollan un proceso de polinización donde intervienen diferentes aves.
Uno de los principales usos de la jacaranda se da en el campo de la industria y la ebanistería, especialmente en la elaboración de elementos decorativos ya que la madera y la pulpa sirven para elaborar muebles en general, papel y cartón.
La etapa de floración de la jacaranda depende del lugar de cultivo, en algunas regiones se lleva a cabo en los meses de otoño., en México aparece en la primavera. Debido a que la jacaranda echa raíces a muchos metros a la redonda, no es recomendable plantarlo en casa o en lugares cerrados.