El origen de Mineral de Pozos se remonta a mediados del siglo XVI.
En esa época figuraba como asentamiento chichimeca, pero su fundación ocurrió en el siglo XVIII con la llegada de los padres jesuitas.
Inmersos en la tarea de impulsar la agricultura, los religiosos descubrieron una mina, a la que pusieron el nombre de Santa Brígida, una de las más importantes por su producción de oro, plata, cobre, plomo, zinc y mercurio.
Con la ayuda de los nativos se dedicaron a explotar la veta, aunque de manera muy rústica, centrando su interés en el oro y la plata.
En 1844, después de un prolongado receso, la junta de Fomento y Administración de la Minería realiza los primeros estudios y explotaciones de mercurio en pequeña escala.
Mineral de Pozos es un sitio lleno de ruinas que durante su época de esplendor (en el último cuarto del siglo XIX y la primera década del siglo XX), aglutinó a cerca de 500 firmas extranjeras deseosas de explotar las vetas de las más de 300 minas distribuidas en las inmediaciones de la Sierra Gorda.