En el año de 1973 en el rancho Don Carlos, ubicado en el municipio de Guadalupe, comenzó el culto al Niño de las Palomitas.
Doña Catalina Neri de Villalobos quien al estar muy enferma recibió una medalla con la imagen del Niño para que se encomendara a él. Su recuperación se consideró un milagro, y por tal motivo mandó labrar una figura del Niño de las Palomitas para mostrar su gratitud.
La gente de las rancherías se enteró de este hecho y comenzó a visitar la imagen. En tan solo un par de años obtuvo la fama de ser muy milagrosa.
Al Niño de las Palomitas se le construyó un pequeño oratorio en el rancho, después una capilla en donde el culto aumentó. Ese creciente fervor motivó al Obispado de Zacatecas a construir un nuevo santuario, así el 14 de septiembre de 1989 la imagen fue retirada de la familia Villalobos para llevarla a su actual sitio de culto.
Al santuario en Tacoaleche llega gran cantidad de peregrinos, los cuales después de entrar al santuario y hacer alguna ofrenda pueden pasar a un cobertizo en donde hay mesas y parrillas con gas para preparar alimentos y descansar, algo que en ningún otro santuario se le ofrece al visitante.
La fiesta del Niño de las Palomitas se lleva a cabo el 7 de enero.