Este edifico actualmente es conocido como la Casa de los Azulejos. Su historia se remonta al siglo XVI, cuando era conocido como el Palacio Azul.
Su reedificación se debe al hijo del Segundo Conde del Valle de Orizaba quien, para revertir la afrenta de su padre cuando, cansado de sus desmanes y parrandas, le dijo: “Hijo, tú nunca harás casa de azulejos”, el joven reaccionó y revistió la construcción con azulejos para dejarla como la conocemos actualmente.
En el siglo XIX, se estableció en ella el Jockey Club, centro de reunión exclusivo para la élite porfiriana.
En 1919, la Casa de los Azulejos cambió de nuevo su uso para albergar a los almacenes de los hermanos Walter y Frank Sanborn, con fuente de sodas, restaurante, tienda de regalos, farmacia y tabaquería entre otros servicios. Este es el origen de una de las cadenas comerciales más famosas de todo México.
Esta construcción única en el Centro Histórico declarada monumento nacional en 1931, se ha convertido en un punto de reunión para turistas y nacionales.