Es una ciudad de construcciones prodigiosas como la Catedral, la Biblioteca Palafoxiana o la Capilla del Rosario, engarzadas en un perfil urbano elegante. Pero es también un caleidoscopio de formas y detalles barrocos: cantera y azulejos, patios y cúpulas, torres y balcones, gastronomía y plástica.
RECORRIENDO PUEBLA
La zona de monumentos históricos del centro es de 700 hectáreas. En 319 manzanas hay 2,619 edificios construidos antes de 1910, lo cual hace del Centro Histórico uno de los más grandes conjuntos de arquitectura antigua de América.
Para un primer vistazo de todo el conjunto son muy recomendables los vehículos turísticos que funcionan todos los días. Está el Turibús, que hace su recorrido completo en 90 minutos y pasa cada media hora entre las 9 y las 21 horas ($70 pesos adultos y $35 pesos niños; www.turibus.com.mx). Hay también un tranvía turístico, algo más modesto, que parte del Zócalo, entre las 10 y las 18 horas ($40 pesos).
Descontando la Zona de los Fuertes (conjunto de elevaciones naturales que comprende los fuertes que fueron escenario de la batalla del 5 de mayo de 1862), y otras áreas secundarias, el Centro Histórico es un cuadrado de aproximadamente 1.5 kilómetros por lado; o sea, es perfectamente caminable.
Hay mucho transporte público en la ciudad. Los autobuses cuestan $5 pesos. Los taxis no usan taxímetro. Un viaje dentro del centro cuesta alrededor de $30 pesos. Del Zócalo a la Central de Autobuses de Puebla (CAPU), o viceversa, son $45 pesos.
PUEBLA PATRIMONIO MUNDIAL
Puebla de los Ángeles fue fundada en 1531 como una ciudad de colonos españoles, rodeada de pueblos y barrios indios, en medio de un amplio valle del Altiplano central. Muy pronto se convirtió en una de las ciudades más grandes y prósperas de la Nueva España.
Sin embargo, a diferencia de otras urbes de aquel tiempo, su riqueza no provino de la minería, sino de la agricultura y, más adelante, del comercio y la industria textil. Tras la Independencia mantuvo su pujanza y hoy sigue siendo una de las principales ciudades de México.
Por su belleza arquitectónica y por su valor como muestra de la urbanística española en el Nuevo Mundo entre los siglos XVI y XIX, la UNESCO inscribió en 1987 al Centro Histórico de la ciudad de Puebla en la lista del Patrimonio Mundial.
A eso hay que agregar que se trata de uno de los centros históricos más grandes, ricos, refinados y majestuosos de América. Además, la ciudad cuenta con un arte plástico extraordinario (presente sobre todo en iglesias y museos) y una gastronomía seductora que se ha convertido en la más emblemática del país. Por todo esto, no parece del todo descabellada la leyenda que dice que esta ciudad fue diseñada por los mismos ángeles.
SITIOS DE INTERÉS La Catedral y el Zócalo
La Plaza de Armas o Zócalo de Puebla es una graciosa explanada arbolada y llena de hermosos monumentos, como la Fuente de San Miguel, ubicada en su centro desde 1777. En sus cuatro costados está rodeada por bellos edificios. Al norte destacan el Palacio del Ayuntamiento, un elegante edificio de tiempos de Porfirio Díaz, y la Casa de los Muñecos, una gran mansión virreinal cuyos muros de ladrillo están decorados con figuras de hombres danzantes hechas con azulejos.
Al sur del Zócalo se localiza el edificio más notable de la ciudad: la Catedral, obra maestra de la arquitectura virreinal mexicana. Su construcción dio inicio en 1575, pero las obras avanzaron lentamente hasta mediados del siglo XVII, cuando el obispo Juan de Palafox y Mendoza les dio nuevo impulso y pudieron ser concluidas en su mayor parte. Así, el nuevo templo episcopal fue consagrado en 1649. Más adelante serían terminados el ciprés, los altares de las capillas laterales, las portadas y las esbeltas torres, que son de las más altas de América (la torre del lado norte se concluyó en 1678 y la del sur en 1768). Como la de la ciudad de México, esta Catedral terminó siendo un gran muestrario de todos los estilos arquitectónicos vigentes durante el Virreinato, desde las variantes renacentistas del siglo XVI hasta el neoclásico del siglo XIX. Entre sus detalles valiosos están: el ciprés realizado por Manuel Tolsá, la delicadísima sillería del coro, la cúpula y el altar de los reyes.
La Capilla del Rosario
Dos cuadras al norte del Zócalo se encuentra la Iglesia de Santo Domingo, otra notable construcción de los siglos XVI y XVII. Ostenta una gran portada manierista, un peculiar púlpito de alabastro, retablos churriguerescos en sus cruceros y un formidable retablo barroco con diecinueve imágenes de bulto en su altar mayor. Su tesoro más extraordinario es la Capilla del Rosario.
Esta “Casa de Oro”, obra cumbre del barroco mexicano, fue edificada en la segunda mitad del siglo XVII y terminada hacia 1690. Casi todas sus superficies están decoradas: los muros con delicados azulejos y pinturas alusivas a los misterios del rosario; las pilastras, pechinas y cúpula con infinidad de imágenes de santos dominicos, ángeles y símbolos teológicos. Llama la atención el majestuoso tabernáculo de la Virgen del Rosario que, en medio del recinto, da el toque maestro. Unas cinco cuadras más al norte se localiza el Ex Convento de Santa Rosa (covertido en museo y centro cultural, calle 3 Norte, entre 12 y 14 Poniente; martes a domingo de 10 a 17 horas; admisón $20 pesos), un hermoso edificio virreinal famoso por su cocina cubierta totalmente de azulejos donde, según la tradición, las monjas dominicas inventaron el mole poblano.
La Biblioteca Palafoxiana y el Museo Amparo
Sobre el costado sur de la Catedral se extienden los edificios que hasta el siglo XIX fueron los seminarios de la ciudad. En el número 5 se encuentra hoy la Casa de la Cultura, que en su planta alta alberga a la Biblioteca Palafoxiana. Se trata de la biblioteca pública más antigua de América, fundada en 1646 con una donación de libros del obispo Palafox y Mendoza.
Hoy es un tesoro de 42,556 volúmenes en su mayoría anteriores a 1821. Pero además de su valor como reservorio documental, es un espacio bellísimo por su estantería original, pinturas y esculturas de fines del siglo XVIII (martes a viernes de 10 a 17 horas, y sábado y domingo de 10 a 16 horas). Dos cuadras al sureste se ubica el Museo Amparo (calle 2 Sur y 9 Oriente).
Iglesia de la Compañía y Los Sapos
Una cuadra al oriente del Zócalo, sobre la avenida Juan de Palafox y Mendoza, se encuentra la Iglesia de la Compañía, otra bella construcción barroca con una hermosa fachada sostenida en un pórtico.
Enseguida, sobre lo que fue el colegio de los jesuitas hace trescientos años, está la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, que en su interior tiene el llamado Salón Barroco, una hermosa capilla antigua con una exquisita decoración de yesería (lunes a viernes de 9 a 14 horas).
A la siguiente cuadra al oriente está la calle 6 Sur, una de las más bonitas del Centro Histórico por sus coloridas casonas de dos pisos y sus tiendas de antigüedades. El siguiente tramo es conocido como el Callejón o Plazuela de los Sapos, uno de los sitios más vivaces del centro gracias a sus restaurantes con terrazas, sus cantinas, sus galerías de arte y antigüedades, y su mercado dominical del mismo giro.
El Barrio del Artista
En sentido contrario, la calle 6 Sur se convierte en calle 6 Norte, al otro lado de la avenida Juan de Palafox y Mendoza. A una cuadra se encuentra El Parián, el mercado de artesanías más visitado en el centro.
A la siguiente calle está la Casa de Alfeñique, una hermosa mansión con muros de ladrillo y exuberantes decorados de argamasa blanca que hoy alberga el Museo Regional (martes a domingo de 10 a 17 horas; admisión $20 pesos).
Unos pasos al oriente está el original y encantador Barrio del Artista, que no es otra cosa que una serie de edificios con pequeños estudios donde pintores y dibujantes trabajan frente a los traseúntes. Este espacio conecta con las escaleras que llevan al Centro de Convenciones Puebla, y con el señorial Teatro Principal, que en el 2010 cumpplió 250 años de inaugurado, por lo que es el teatro americano más antiguo que sigue funcionando como tal.
Centro de Convenciones Puebla y San Francisco
Paralela a 6 Norte, la siguiente calle al oriente es el Boulevard Héroes del 5 de Mayo, junto a la que se encuentran otros sitios interesantes. Está el Centro de Convenciones Puebla, construido por el arquitecto Javier Sordo Madaleno en la última década del siglo XX.
El complejo, aunque de corte netamente moderno, incorporó en su diseño muros, corredores y estructuras de varias fábricas textiles antiguas. En sus 11 hectáreas, además de los salones para convenciones, reúne áreas comerciales, restaurantes, un hotel de lujo, parques, cines y museos.
Al norte del Centro de Convenciones no hay que dejar de ver la Iglesia de San Francisco (esquina con 14 Oriente), con una magnífica portada churrigueresca que combina tres elementos típicos de la arquitectura poblana: cantera labrada, muros de ladrillo y azulejos. En el interior se venera el cuerpo incorrupto del beato franciscano Sebastián de Aparicio, un incansable caminante del siglo XVI.
ARTESANÍAS
La región donde se asienta Puebla tiene una artesanía muy rica y variada. Hay alfarería, cerería y cestería; se trabajan el alabastro, la madera, la plata y el latón; y no faltan los muebles rústicos de muy buena calidad.
No obstante, la artesanía clásica de la ciudad de la talavera. A mediados del siglo XVI llegó a Puebla la técnica para fabricar cerámica vidriada tal como se tenía en Talavera de la Reina, Castilla. Con el paso de los siglos esta técnica se perdió en España, mientras que aquí prosperó hasta convertirse en el producto artesanal típico de la ciudad.
Hay tazas, jarrones, vajillas completas, platones y tibores, pero le recomendamos comprar talavera certificada que cumple con todas las regulaciones de la denominación de origen. Algunos de los talleres que la venden en el Centro Histórico son: Uriarte Talavera (4 Poniente 911), Casa Celia (5 Oriente 608, Los Sapos), Talavera de la Luz (Juan de Palafox y Mendoza 1413) y Talavera de la Reyna (en el interior del Museo Amparo).
GASTRONOMÍA
Puebla tiene una de las más famosas, sofisticadas y sabrosas cocinas regionales de México. De hecho, el platillo nacional por excelencia nació aquí: el mole poblano, una rara y exquisita sals de consistencia densa hecha con decenas de ingredientes contrastantes (incluidos chiles y chocolate) con la que se baña la carne de guajolote o de pollo.
Otros platillos poblanos de antología son los chiles en nogada (grandes chiles rellenos de carne con frutas y bañados en una salsa cremosa hecha con nueces y decorada con granos de granada), típicos de agosto y septiembre; y el manchamanteles (un guiso agridulce de carne acompañado de pera, durazno, plátano macho y otras frutas). Las expresiones más cotidianas de la gastronomía poblana no son menos deliciosas. Muy recomendables resultan las cemitas, los tacos árabes, los tacos orientales, los huaraches y, sobre todo, las afamadas chalupas (una suerte de tortillas fritas que en la parte superior llevan pollo desmenuzado bañado en salsa roja o verde). El lugar tradicional para comerlas es el Paseo de San Francisco, el jardín adyacente a la iglesia de San Francisco, donde hay varios restaurantes especializados en ellas.
Inevitables son también los postres, en especial, los dulces. La calle 6 Oriente, entre 5 de Mayo y 4 Norte, tiene el sobrenombre de “calle de los dulces” por las múltiples tiendas que venden jamoncillos, tortitas de Santa Clara, picones, cocadas, camotes, palanquetas, dulces de almendra y demás golosinas locales.
TIPS DE VIAJERO
Si no imagina la cantidad de leyendas e historias que puede tener una ciudad con más de 470 años de historia, tome alguno de los recorridos temáticos que se ofrecen gratuitamente en el verano. Lo llevarán por rincones poco conocidos, casas de leyenda, interiores de edificios y por sus hermosas calles, mientras escucha interesantes historias.www.turismopuebla.gob.mx
FIESTAS Y TRADICIONES
Son muchas las fiestas, ferias y eventos que se celebran en Puebla a lo largo del año. Destaca el Viernes de Dolores (anterior a Semana Santa), cuando se colocan en distintas partes de la ciudad altares con ofrendas a la Virgen de los Dolores. El Viernes Santo hay procesiones; y el Sábado Santo se lleva a cabo la quema de Judas en el Barrio del Artista y otras calles y plazas.
En el céntrico barrio de Analco son de destacar los Festivales del Mole Poblano y del Chile en Nogada, en junio y agosto respectivamente, que en realidad son concursos culinarios (se celebran los cuatro domingos del mes).
En cuanto a fiestas cívicas, es importante el desfile tradicional del 5 de mayo, fecha en que se recuerda la Batalla de Puebla, en la que las tropas republicanas mexicanas vencieron aquí a una fuerza expedicionaria francesa en 1862.
CÓMO LLEGAR Automóvil. Se localiza en el centro-oriente de México, a 120, 660 y 1,060 km por carretera de México, Guadalajara y Monterrey, respectivamente. Avión. Al Aeropuerto Internacional de Puebla, también llamado Aeropuerto Hermanos Serdán (carretera federal México-Puebla, km 91.5, Huejotzingo, Teléfono: (222) 774 2804), llegan las aerolíneas nacionales Aeroméxico, Mexicana y Volaris, así como la estadounidense Continental. Muchos viajeros usan también el aeropuerto de la Ciudad de México, que tiene servicio directo de autobús a Puebla. Autobús. Las principales líneas de autobuses que conectan a Puebla con el resto del país son ADO, Estrella Roja, ETN, Ómnibus de México, Primera Plus, Estrella Blanca, Futura y Autobuses del Norte.