San Jerónimo Tlacochahuaya es considerado el tesoro desconocido de los Valles Centrales de Oaxaca.
La Iglesia de San Jerónimo y el ex convento adyacente fueron establecidos por los frailes dominicos como un espacio para retiros espirituales y penitencia. Resulta casi imposible no admirar la sólida estructura del templo, su maravilloso atrio rodeado por un muro con una serie de pináculos y con capillas posas y su interior bellamente ornamentado.
En su interior llama la atención la delicada pintura mural decorativa que llena casi todos los espacios, unos con imágenes de santos o de la Santísima Trinidad, y otros más con flores y motivos vegetales. En el coro alto se encuentra un órgano tubular fabricado hacia la cuarta década del siglo XVIII, que por cierto sigue funcionando y se utiliza en celebraciones litúrgicas y conciertos.
Su belleza barroca fue recuperada gracias a una restauración llevada a cabo a fines del siglo XX. A ella le siguió la recuperación de los murales del templo, de modo que el lugar es ahora un espectacular espacio de arte y devoción. Se puede visitar todos los días de 10 a 14 y de 16 a 18 horas.
Es muy recomendable visitar San Jerónimo Tlacochahuaya en sus fiestas, como la de San Jerónimo, el 30 de septiembre, o la Guelaguetza, a finales de julio, cuando el Parque Ecoturístico Dani Guegu antes Cerro de las Azucenas, se convierte en escenario donde los oaxaqueños dan gracias a la Virgen del Carmen por haber tenido una buena temporada de siembra.
A tres kilómetros de San Jerónimo Tlacochahuaya, con dirección a la zona arqueológica de Dainzú, se encuentra Tierra del Sol, un centro de permacultura que desde hace más de 10 años ha implementado métodos alternativos de producción orgánica de alimentos y restauración ecológica con el fin de crear una sociedad sostenible. Entre los servicios que ofrecen se encuentra el curso-taller de construcción en pets y técnicas tradicionales, cuentan con instructores medioambientales, y hay visitas guiadas a escuelas y particulares. http://www.tierradelsol.org.mx
Las diferentes alternativas de hospedaje del rumbo resultan espléndidas en sus respectivas clases. En el renglón de categoría especial se encuentra Cosijo, en el que encontrará serenidad, lujo y estilo. Para los que no buscan lujo, una buena opción a pie de carretera es Hostel Lasse.