En Xcaret, durante el día tendrás varias oportunidades de presenciar este bello ritual totonaca dedicado a la fertilidad y al dios del sol.
en éste ritual participan cinco hombres, cuatro de ellos son voladores y el último es conocido como el Gran Jefe, que toca todo el tiempo una pequeña flautilla de carrizo y un tambor.
Antes de subir a lo alto del palo bailan alrededor del mismo, pidiendo permiso a su dios para subir y para no tener ningún accidente durante el vuelo. De manera simbólica se están convirtiendo en aves, de ahí el nombre de “hombres-pájaro”.
El palo posee en la parte superior, un cuadro cuyas cuatro esquinas simbolizan los puntos cardinales.
El Gran Jefe permanece siempre en el centro y los voladores se lanzan al vacío hacia el lado izquierdo, igual que la rotación de la Tierra.
El palo debe medir entre 15 y 18 metros de alto para que cada uno de los voladores pueda dar 13 vueltas alrededor al descender, de manera que si multiplicamos 13 por 4 obtenemos un total de 52, que era el número de años que tenía el ciclo prehispánico. Esto coincide con el calendario gregoriano que nos rige actualmente, de 52 semanas.
El rito, tal como se celebra hoy, tiene elementos mestizos. Esto se puede notar en el vestuario, ya que antiguamente los voladores utilizaban sólo taparrabos y adornaban sus cuerpos y sus penachos con plumas de aves.
En la actualidad utilizan pantalón rojo, que simboliza la sangre de sus hermanos indígenas muertos a manos de los conquistadores, también portan camisa blanca, que representa la pureza del cuerpo y del alma.
Los voladores deben observar, por lo menos cuatro días antes, algunas normas de buen comportamiento: no pueden beber alcohol, fumar tabaco ni tener contacto sexual.
Cada uno debe bordar a mano sus chalinas con chaquira. Lo tradicional es que borden figuras de flores, ya que éstas tienen relación directa con la fertilidad, sin embargo, en la actualidad realizan diseños como la Virgen de Guadalupe, la bandera de México, etc.
El penacho tiene, en la parte de arriba, un abanico de colores que simboliza la cola de las aves. Los listones de colores hacen alusión al arco iris y los penachos llevan flores y espejos, las primeras representan la fertilidad y los segundos el contacto con el dios sol.
Cuando bajan del palo comienzan un segundo ritual, ahora dedicado a la lluvia, para lo cual se cambian el penacho por uno que representa el arco iris. Danzan y zapatean en una tarima de madera, se trata de un zapateado alegre, pues agradecen a su dios que no haya habido incidentes durante el vuelo. Después suben a una cruceta y completan 13 vueltas para cerrar de nuevo el ciclo de 52.
Los Voladores de Papantla de Xcaret vienen de Papantla, Veracruz, y aprendieron este oficio cuando eran muy jóvenes. Para conseguir el palo de los Voladores de Papantla se debe hacer un ritual en el que se pide permiso al dios del bosque para llevarse a uno de sus miembros. Esto protege a los voladores contra los accidentes.
A nivel nacional existe un gremio de Voladores de Papantla que ha llevado la tradición a varias partes del mundo.
Quizá te preguntes por qué se realiza en Xcaret la representación de los Voladores de Papantla, si se trata de de una tradición totonaca, no maya. Aunque Xcaret se asienta en territorio maya, conserva ceremonias y manifestaciones de todas las culturas que habitaron lo que hoy es la República Mexicana. Esto también puede verse en el espectáculo folclórico. Si tienes alguna duda sobre cualquiera de ellas puedes recurrir a los guías del parque, quienes ofrecen explicaciones personalizadas.