Muchos señalan la fecha 23 de junio de 1914 como la fecha de inicio de la Toma de Zacatecas.
Pero resulta inexacto señalar esa fecha, ya que en los días anteriores se llevaron a cabo sucesos muchos enfrentamientos, y los cañones, principalmente los de los cerros de la Bufa y el Grillo, ya habían disparado granadas.
En algunos de estos combates perdió la vida el mayor Javier Medina Barrón, hermano del comandante federal.
Para la noche del lunes 22, los hospitales estaban atendiendo a numerosos heridos.
Debido a todo esto sería más propio decir que la batalla tenía varios días de iniciada, cuando el 23 dio comienzo su parte principal, que consistió en el asalto final de la ciudad por parte de las tropas revolucionarias.
Francisco Villa fijó la hora del ataque a las 10 de la mañana, cuando en todos los frentes deberían abrirse fuego al mismo tiempo.
Comenzaron a tronar los cañones, multiplicados por el eco de los cerros de Zacatecas.
En Vetagrande y el norte de la ciudad sería en donde tendrían lugar las acciones decisivas.
A los 25 minutos de iniciado el combate tomaron la primera defensa federal por este lado, el Cerro de Loreto más o menos a medio camino entre las dos localidades.
El propósito de Felipe Ángeles era disparar sobre los objetivos por conquistar cuando la infantería se lanzaba al ataque.
Al inicio del asalto, para tomar el Cerro de Loreto, había caído el general Trinidad Rodríguez, uno de los colaboradores más cercanos de Villa.
Las tropas que continuaban la marcha hacia el norte de la ciudad se detenían, y pedían refuerzos, pero no había quien les diera ayuda.
Cerca del mediodía los revolucionarios conquistaron el elevado Cerro de la Sierpe, 300 metros al noroeste del Cerro del Grillo.
Al ver lo ocurrido, el general Antonio G. Olea, quien dirigía la artillería federal, ordenó dirigir todos los cañones del Grillo contra la nueva posición villista, pero le informaron que se habían agotado las municiones de artillería.
El cónsul británico en Zacatecas, James Caldwell, escribió: “alrededor de la 1 de la tarde empezamos a ver a los soldados federales corriendo por las calles en el mayor desorden, sin rifles de ningún tipo, y muy pronto corrió la noticia de que los villistas habían tomado El Grillo. A partir de primera derrota, el pánico pareció invadir al ejército federal, y soldados y oficiales que hasta ese momento habían luchado y no pensaron en nada más que en salvar sus vidas”.
Después de esto la batalla se trasladó al Cerro de la Bufa, en donde la lucha se extendió varios minutos más.