Los mayas utilizaron diferentes técnicas arquitectónicas a lo largo de todo el territorio que ocuparon.
Los espacios de sus ciudades se encontraban bien definidos, en el centro se levantaban los templos y edificios desde donde se regulaba la vida de la comunidad, los gobernantes vivían en palacios también ubicados en la parte central, mientras que el resto de la población vivía en la periferia, cerca de los campos de cultivo.
En algunos de los centros ceremoniales los mayas construyeron canchas para el juego de pelota y observatorios astronómicos. Las construcciones sagradas eran construidas de piedra, con núcleos de mampostería y revestimiento de estuco.
Las ciudades de los mayas se construyeron conforme a su visión del mundo por lo que la elección del sitio para levantar un edificio y la orientación del mismo no se hacían al azar, sino que se planeaban con toda precisión.
Durante el período Clásico se establecieron rutas comerciales terrestres y marítimas, lo que influyó de manera determinante en el crecimiento de las ciudades.
Los nexos entre éstas fueron tan fuertes que los rasgos arquitectónicos son muy parecidos.