En el centro de Durango existen numerosos templos católicos que valen la pena ser admirados debido a su belleza y relevancia histórica.
El edificio más sobresaliente en el barrio de Analco es el Templo de San Juan Bautista, cuya construcción inició en 1778 y finalizó en la primera mitad del siglo XIX. Este recinto ostenta diversos estilos arquitectónicos, ya que mientras su torre de campanario es neogótica, la fachada combina elementos de estilo mudéjar. En su interior se encuentra la Capilla de la Virgen de Loreto, cuyo labrado fue obra del cantero Benigno Montoya.
El Templo de San Agustín se localiza a tres cuadras al poniente de la Catedral. Durante la guerra de Independencia su altar fue testigo de una batalla cuerpo a cuerpo entre realistas insurgentes. El templo fue fundado en 1637 por fray Gonzalo de Hermosillo primer obispo de Durango. A lo largo de los siglos ha tenido algunas ampliaciones y la versión que ahora posee corresponde a los trabajos de remodelación que se llevaron a cabo en el siglo XIX. Este templo ostenta bellos trabajos de cantera en sus muros exteriores y fachada, la cual corresponde al barroco sobrio, la torre del campanario es de estilo neoclásico, al igual que su cúpula, que se acompaña por dobles columnas corintias y frisos de elementos florales.
El Templo de Santa Ana, al igual que muchos otros templos levantados en tiempos virreinales, nació como una humilde capilla en el año de 1723. Con el paso de los años y el crecimiento en la demanda de espacio para los servicios religiosos, Santa Ana se expandió y remodeló hasta su estado actual.El Templo de Santa Ana cuenta con una portada barroca y dos portales laterales. En su torre principal aún se pueden ver impactos de bala producidos durante un enfrentamiento en la Guerra Cristera.
A principios del siglo XVII, en el Cerro de los Remedios se erigió el Templo de Nuestra Señora de los Remedios, cuyas paredes de adobe fueron reemplazadas por cantera en 1724. Su interior posee un techo de bóveda de nervadura y decorados de estilo neoclásico en tonos verde pastel.
El Templo del Sagrado Corazón de Jesús presenta austeras líneas de tipo románico y neogótico. Parte de su diseño imita a la iglesia del Sacre Coeur, en París.