Es el primer conjunto levantado por la orden agustina en la sierra.
El edificio fue erigido sobre un templo prehispánico por el fraile Antonio de Roa, quien fundó el templo en 1546.
Destaca un amplio atrio rodeado por un muro el cual preside una iglesia con fachada de estilo híbrido.
En el interior se admira el techo armado en madera y un púlpito del siglo XVI labrado en cantera.