La primera piedra de este conjunto fue puesta por el obispo de Guatemala (hay que recordar que el estado perteneció a dicho país), Francisco Marroquín, en 1547.
A fines del siglo XVII fue reedificado tal como se observa hoy.
Su iglesia presenta una fachada barroca con adornos vegetales, mientras que su interior conserva varios retablos de cedro dorado con pinturas y esculturas.
También es digno de admirarse el púlpito con rico y laborioso tallado recubierto de oro.
El ex convento es sede hoy del Museo de las Artesanías.