Es un aguardiente elaborado a base de maíz, muy importante en la cultura maya, que se utiliza de manera ceremonial, pero también como símbolo de fraternidad entre la comunidad. Las nuevas generaciones han tenido la buena visión de acercar el pox a todos aquellos que desean probarlo en distintas versiones, y seguramente, como le pasó al pulque, tomará un nuevo auge entre los jóvenes esta bebida tan especial de la que, se dice, junta los corazones.
ELABORACIÓN:
Primeramente se llena un alambique de madera de 200 litros con la siguiente materia prima: agua de manantial, panela, maíz, salvado de trigo y azúcar. Durante todo un día se revuelve cada dos horas esta mezcla con palas de madera. Después se cubre con una lona de plástico y se deja fermentar mínimo por una semana, al cabo de este tiempo resulta una bebida prehispánica muy popular en los mercados de los pueblos de los altos de Chiapas llamada chicha.
Sus vendedores la almacenan en barriles y cántaros y la sirven en jícaras y jarritos. Es también común verlos en las bifurcaciones de caminos bajo las cruces rituales para refrescar a los viajeros. Posteriormente se vierte esta chicha a unos tambos, que una vez teniendo el líquido, se prenden con leña para cocerla y mediante unos tubos de cobre se va pasando el destilado a otros tambos con agua fría de manantial y así es como da como resultado el pox. El proceso es totalmente artesanal y toda la materia prima es orgánica.
Se puede hacer una sola destilación para obtener un destilado de 36 grados de alcohol y se puede hacer una doble destilación para obtener un destilado de 64 grados.
El pox, también escrito posh, es una bebida de origen maya elaborada con maíz y que “le da fuerza al cuerpo”, representa un trozo de cultura de las comunidades indígenas chiapanecas.
Esta bebida está relacionada de manera entrañable al nacimiento, al matrimonio, a la muerte y a la fiesta. Se utiliza también como símbolo de fraternidad. Por los h’iloles o curanderos es ofrecido dentro de sus rituales de sanación, antes de atender al enfermo riegan un poco en el suelo para halagar a la tierra, en la cruz familiar, a los cuatro puntos cardinales y lanzan un poco al viento para que lo tome el chulel, el alma del brujo. Por ejemplo, si duele el estómago, se toma dos copitas y se pasa la molestia, con ella también se ahuyenta a los malos espíritus.
Esta aguardiente es para las comunidades indígenas el puente entre el mundo material y espiritual. Según sus usos y costumbres, cada sorbo tiene y cumple un propósito. Es promesa de alegría en las fiestas, elixir para curar las enfermedades del cuerpo y un bálsamo para el alma.
Cuando asista a las fiestas patronales, al carnaval o a la Semana Santa, vale la pena llevar una botella vacía o el tradicional cuerno de toro porque es muy común que los mayordomos, quienes organizan la fiesta, le inviten más de una copa. Si ya tomó una o dos, y ya no quiere más, entonces en señal de respeto, se recibe la copa y la pude vaciar en el recipiente, así no se sentirán desairados. Los cuernos los venden en el mercado de San Juan Chamula.
En cada fiesta se toman litros y litros. De manera puntillosa están establecidos los recipientes que deben usarse, el orden jerárquico y los momentos en que se debe tomar la bebida.