Este es el mejor lugar para comer guayabas, el aroma frutal se deja sentir en el aire apenas uno llega, además de su exquisita comida, los deliciosos quesos calvillenses y sus fabulosos dulces y conservas.
Calvillo destaca por su Parroquia del Señor del Salitre, construida en 1772. Este patrono es considerado muy milagroso por los feligreses, incluso se dice que se apareció en una comunidad cercana a una pareja de ancianos, y dejó como testimonio la figura de madera que hoy sigue en la iglesia. Vale la pena admirar la inmensa cúpula de la parroquia, de dimensiones basilicales, decorada en bonitos tonos pastel con medallones pictóricos que muestran escenas de la vida de San José.
En el centro se localiza otra iglesia, mucho más pequeña y moderna: el Templo de Guadalupe, edificado en la base del cerro que corona la plaza principal por lo que se requiere subir algunos escalones para llegar a él. Está dedicado a la Morenita del Tepeyac, de quien posee bellas imágenes en su retablo principal y en su cúpula.
No debe perderse de conocer alguna huerta de guayabas y su fábrica de dulces. Una de las opciones es Frut Land, una empresa familiar donde verás cómo recogen y preparan las guayabas para convertirlas en miel, ate y todo tipo de dulces, desde los típicos rollos rellenos de cajeta con nuez hasta originales chilitos y licores elaborados con esta rica fruta.
En el centro del pueblo hay varias tiendas de muchos años que venden dulces de guayaba, como La Tradicional. Alrededor de la Plaza Principal se ubica la Casa de la Cultura, el Palacio Municipal y los arcos del Parián que alojan una decena de comercios, mientras que el Andador Centenario lleva al MErcado Gastronómico y de Artesanías, donde se venden textiles bordados o adornados con la famosa técnica del deshilado.
En los alrededores de este maravilloso Pueblo Mágico pueden visitarse la pequeña comunidad de La Labor, y algunas presas. En la de Malpaso se puede pasear en lancha, explorar el cañón de La Boquilla, ver aves y cactáceas o comer en algunos de los restaurantes en las orillas. En la de La Codorniz hay pequeños refugios de fauna ubicados en los alrededores con buenos restaurantes de ricos pescados y mariscos traídos de Tampico y un par de spas para consentirse.