Su fundación se remonta a 1575 cuendo el conquistador Francisco de Urdiñola estableció aquí la Hacienda de San Francisco de los Patos. La historia en este municipio es mucho más antigua que la iniciada a contar por los españoles. Hace unos 6000 años otro relato, ilegible para nosotros, fue elaborado en grandes rocas por las primeras tribus cazadoras-recolectoras que se establecieron en la región de Narihua. Si nos vamos más atrás, encontraremos marcas de mayor antigüedad, esta vez del paso de dinosaurios, cuyas huellasquedaron plasmadas en Porvenir de Jalpa hace millones de años. Pero no solo su andar por estas tierras quedó registrado, sus huesos convertidos en fósiles también perduraron en lugares como Rincón Colorado.
Llegando al centro debe visitarse la Presidencia Municipal, este edificio está clasificado como la más antigua construcción en pie en todo el estado, data de 1591 y fue casa de Francisco de Urdiñola, también conocido como el gran pacificador de indios, pues libró muchas batallas con las tribus locales para mantener el orden y evitar los constantes asaltos de que eran objeto las recién fundadas poblaciones del territorio de Coahuila. Tras la muerte de su esposa, que ocurrió en este recinto, el conquistador fue acusado de asesinato, pero las autoridades lo absolvieron y poco después ocupó el cargo de gobernador de la Nueva Vizcaya, mandato que desempeñó hasta su muerte. Urdiñola era dueño de minas en Bonanza y Mazapil, fue agricultor, vinicultor y uno de los más importantes ganaderos de la Nueva España donde consolidó uno de los mayores latifundios con más de 30 mil kilómetros cuadrados de tierra tan solo en Coahuila. Toda esta riqueza fue heredada a su descendencia femenina, pues nunca tuvo varones. En la tercera generación, su biznieta Francisca Valdés Alcega y Urdiñola contrajo nupcias con Agustín de Echévertz y Subviza quien aprovechó aquel legado para solicitar el título de marqués al rey Carlos II. su petición fue concedida y la pareja conformó en 1662 el primer marquesado de San Miguel de Aguayo y Santa Olaya con sede en la Hacienda de San Francisco de los Patos. En el interior de esta antigua residencia, hoy convertida en sede del gobierno local, aparece un mural con la historia del municipio, desde su fundación hasta la revolución y la actualidad. Los pasillos del recinto pueden presumir sus pisos que son los mismos por los cuales caminó su fundador.
Saliendo de la presidencia se observa el amplio campo arbolado que constituye la Plaza Independencia. Antiguamente conformó el patio de la hacienda, ahora es un punto de encuentro para los habitantes del pueblo y cuenta con amplios caminos que lo cruzan y un quiosco en su centro.
Al cruzar el parque aparece la Iglesia de San Francisco de Asís. Su fachada apenas está decorada en su entrada con un arco de cantera y un par de esculturas de la Virgen María y San Francisco en su remate. En el campanario destaca un bello reloj. Una vez dentro pueden admirarse algunas pinturas de arcángeles pintadas en el siglo XV que fueron traídas de España. El retablo central alberga la figura de San Francisco, pero la imagen principal es la que posa en un nicho lateral, la cual fue tallada a principios del siglo XVIII. Otra singularidad es la cripta a la derecha del altar donde descansan los restos de Ana María Valdivieso Malo, hija del último marqués de Aguayo.
Caminando pocos metros al salir del templo se llega a Los Portales, un edificio de principios del siglo XIX que funcionó como mercado hasta los años 40 del siglo pasado. Actualmente laberga una nevería-restaurante que ofrece productos de la región elaborados por la empresa local Villa de Patos. Sus nieves son una tradición en el pueblito. Un lugar de excelente sazón gracias a sus 25 años de tradición, nos referimos al restaurante Chacho, ubicado en contra esquina de Los Portales.
En la calle Juárez y Madero se encuentra la Alameda Zaragoza, también conocida como Plaza de la Madre con uno de los jardines más frondosos de General Cepeda. Y dentro de ella se ubica el Museo de Historia Atlahuaco donde se cuenta la historia del municipio a partir de una colección de piezas que en buena parte han sido donadas por la gente del pueblo. El principal atractivo del espacio son los fósiles que han hallado en los alrededores, entre los cuales exhiben amonites, huevos de dinosaurio, una tortuga petrificada, huellas, dedos y vértebras de dinosaurio, así como el fémur de un “pico de pato” y molares de mamut. Otra parte es la colección arqueológica, que está compuesta por morteros, petrograbados y puntas de flechas confeccionadas por los primeros pobladores de la región. Las colecciones son amplias, a pesar de ser un recinto de dimensiones muy modestas. Un tercer segmento son objetos como carrileras, municiones y balas de cañón que posiblemente fueron utilizadas durante la Revolución Mexicana e igualmente encontradas en los alrededores. La última parte es variada e incluye objetos antiguos de uso cotidiano, de la iniciativa de los historiadores Jorge Luis Esquivel Pérez y María Antonieta Oyervides Valdés, cronistas del pueblo.
Desde la década de los noventa, Coahuila atrajo las miradas por la gran cantidad de descubrimientos paleontológicos que se han encontrado en sus localidades. El más importante, hasta ahora, ha sido Rincón Colorado. Gracias a este legado natural de fósiles, como restos de dinosaurios, tortugas, coprolitos, invertebrados y un sinnúmero de plantas representadas por su infraestructura, frutos y semillas, en noviembre de 2012, Rincón Colorado fue decretado área natural protegida, con carácter de Zona Paleontológica, convirtiéndose en la primera de su tipo en nuestro país. Para llegar hay que salir de General Cepeda hasta el entronque con la carretera libre que va de Saltillo a Torreón y tomar rumbo a Saltillo, un par de kilómetros adelante está la desviación a Rincón Colorado. Cuando se arriba a este sitio es menester conocer el Museo de Paleontología Rincón Colorado. Inaugurado en octubre de 1994, su misión es dar un panorama de los descubrimientos realizados en estas tierras y mostrar algunos de esos hallazgos. Los que más hay son caracoles, conchas y semillas, pero también hay algunos huesos y vértebras. La muestra se complementa con reproducciones de cráneos y réplicas a escala de varios dinosaurios. En la parte posterior del museo existe un jardín muy singular debido a sus juegos infantiles con forma de dinosaurio. Además de una alta techumbre se muestran reproducciones, un poco más grandes, de varios de estos reptiles extintos. Después de conocerlos es hora de acudir al lugar donde han sido localizados todos estos huesos petrificados. Para llegar a la zona protegida es necesario seguir un camino señalizado y en unos minutos se estará en tierra de dinosaurios. Ya en el sitio existen diversos senderos marcados para hacer un paseo al aire libre y explorar algunos de los puntos de los hallazgos donde, por medio de diversas placas, se va explicando el proceso de permineralización, mejor conocido como fosilización, así como las técnicas de recolección empleadas por los especialistas. Entre los fósiles encontrados destacan los hadrosaurios, también conocidos como Pico de pato, también los ceratópsidos o Cara de cuernos y los carnosaurios. Todos ellos pertenecientes al Periodo Cretácico de la Era Mesozoica, hace 70 millones de años.
Al poniente de General Cepeda se encuentra Narihua, otro sitio fundamental para visitar. Se trata de un pequeño lugar en la sierra del mismo nombre donde se han encontrado alrededor de ocho mil petrograbados distribuidos a lo largo de medio kilómetro, en más de 500 rocas, lo cual constituye la más grande concentración de este tipo de representaciones en el estado de Coahuila. También se han localizado pinturas de flechas y señales de fogones cuya antigüedad se ha determinado en seis mil años, todo este contexto está relacionado con campamentos de cazadores recolectores. Cuando el visitante sube por la ladera de la sierra y va observando las grandes piedras puede encontrar muy variados diseños de caracoles, líneas rectas o en zigzag, huellas de venado, formas abstractas, manos, figuras humanas y representaciones de astros como el sol y la luna, entre muchas otras formas, delineadas a partir de impactar con otras rocas la superficie de estos monolitos.
Fueron grupos guachichiles, rayados, borrados y pachos los que habitaron la región sureste de Coahuila y quizá los ancestros de algunos de ellos fueron quienes establecían campamentos provisionales entre las grandes rocas de la Sierra de Narihua, levantando fogatas mientras realizaban ritos de paso o posiblemente para atraer la lluvia. Tal vez desde ahí contemplaban los astros o eventualmente asechaban a sus presas durante la cacería. Cualesquiera de esas posibilidades, u otras, aquellos antiguos plasmaban esos eventos, ideas o supersticiones en las rocas de este lugar. En la comunidad de Narihua los artesanos ofrecen pequeñas piedras labradas que simulan las figuras originales.
Continuando con la ruta, desde Narihua se sigue el mismo camino por 17 kilómetros más, hasta llegar a un lugar único en el país: Porvenir de Jalpa, una pequeña comunidad en cuyos terrenos ejidales se descubrieron huellas de dinosaurios en 2003. La entrada al sitio se sitúa poco antes de llegar a la comunidad, al entrar aún se recorren varios cientos de metros en automóvil para llegar al paraje conocido como Las Águilas, donde un largo andador de madera espera la subida de los visitantes para observar las icnitas sin tener que pisar el sedimento en el cual grabaron. Son 207 huellas en total las descubiertas en una franja de 351 metros cuadrados. En su mayoría pertenecen al dinosaurio conocido como hidrosaurio o Pico de pato. Por la dimensión de sus huellas se calcula que tuvieron entre 1.80 y 9 metros de largo. También se sabe que algunas de las otras pertenecen a dinosaurios ornitominidos más pequeños, pueden distinguirse por ser de menor tamaño y con dedos más largos. Los especialistas consideran que estos vestigios se plasmaron hace 72 millones de años, cuando el terreno era lodo, por lo que al pasar los dinosaurios dejaron marcadas sus pisadas. Luego, al secarse se cubrieron con algún sedimento y con el paso del tiempo se convirtieron en roca.