Es una verdadera maravilla natural al alcance de todos los turistas. De la historia de las grutas se sabe que fueron descubiertas no hace muchos años por los ejidatarios del lugar. En su interior hay rocas que crecen trece milímetros al año debido a la acumulación de sales de bicarbonato de calcio transportadas por el agua. Se desarrollan verticales, de arriba a abajo y de abajo para arriba; hay otras más que desafían la gravedad, pues afloran llanamente en un plano horizontal. Las grutas tienen una profundidad de varios cientos de metros, lo que implica un recorrido de dos a tres horas.
Durante el paseo, se pueden apreciar una infinidad de gigantescas figuras en su interior, que han sido bautizadas por los turistas y los guías con el nombre del buitre, el monje, el órgano, los enamorados. Sin duda es una experiencia extraordinaria. Al ingresar pareciera que se entra a un mundo de fantasía donde las piedras se acrecientan y toman vida, pero a un paso muy lento.