El nombre de la ruta surge por la zona geográfica que abarca, ya que los municipios que la componen forman parte de la historia, la arquitectura y la cultura de las más famosas haciendas hidalguenses. En esta región se encuentra un gran porcentaje de los 176 cascos de haciendas que se edificaron durante los siglos XVI al XIX. El recorrido pasa por numerosos pueblos típicos hasta alcanzar la zona de la altiplanicie pulquera, donde es recomendable visitar los llanos de Apan e innumerables haciendas antaño dedicadas a la producción del “agua de Dios”. En el trayecto se visitan también conjuntos religiosos, zonas arqueológicas y espectaculares construcciones civiles, como el Acueducto del Padre Tembleque. Esta es una ruta para los amantes de la historia y la arquitectura de la época colonial y los primeros años del México independiente.
Lo ideal es tomar Pachuca como base de operaciones de la ruta y empezar por Zempoala, municipio relativamente cercano a la capital del estado. Así, la ruta desciende por la carretera libre y cruza la vía México 132 hasta llegar a la desviación a Tlanalapa, el segundo punto del trayecto. Luego continúa hacia Tepeapulco, tercer punto, y de ahí el atajo anterior a Ciudad Sahagún, el cual nos lleva al poblado de Emiliano Zapata, punto casi sobre el borde con Tlaxcala; posteriormente, ya hacia el norte, subiremos por la carretera hacia Apan y de ahí a Almoloya, último punto del trayecto.
ZEMPOALA
El municipio de Zempoala se asienta en la región de los llanos magueyeros, en una zona semidesértica de clima frío. En el siglo XIX aquí prosperaron numerosas haciendas magueyeras destinadas a la producción del pulque. Hoy en día, esos imponentes edificios se caracterizan, unos por su vistosa arquitectura, otros por su extensión y algunos más por su exquisito mobiliario.
1.- PARROQUIA Y EX CONVENTO DE TODOS SANTOS
Este hermoso edificio construido entre 1570 y 1580 muestra una esbelta torre de tres cuerpos y portada de estilo clásico. La belleza de esta portada se manifiesta en la perfecta posición de sus líneas y en la discreta ornamentación por medio de casetones, estrías, capiteles floreados y macetones. El interior es de una sola nave con bóveda de nervaduras, en cuyos espacios vemos imágenes de ángeles y nubes pintadas en 1825. Los muros laterales conservan restos de pinturas al fresco con figuras florales, frutales y escenas religiosas.
2.- LA PICOTA DE ZEMPOALA
Frente al edificio del ayuntamiento está un peculiar monumento del siglo XVI conocido como la Picota de Zempoala. Se trata de una columna con escudos españoles en relieve. La inscripción que se ve en su perímetro revela que fue levantada por orden del corregidor Juan de Pineda. En la base de esta columna se labraron cuatro figuras de animales, quizá coyotes. El nombre de “picota” deriva del supuesto de que en este lugar se consumaban las sentencias de los reos que debían ejecutarse en público; sin embargo, a juzgar por los elementos que la conforman, la función de este monumento era la de un rollo, es decir, de una mojonera que simplemente indicaba el límite de una jurisdicción.
3.- MUSEO COMUNITARIO TONATIUH
Este recinto muestra piezas arqueológicas de la región, entre ellas un fragmento de disco solar con la representación de Tonatiuh, una escultura de Huehuetéotl (el dios viejo del fuego), una ofrenda funeraria, vasijas, caritas, malacates, instrumentos de obsidiana y esculturas de basalto. En otra sala se presenta una exposición fotográfica con los acontecimientos relevantes de Zempoala. El museo abre de domingo a viernes.
4.- ACUEDUCTO DEL PADRE TEMBLEQUE
Uno de los mayores atractivos de la región es el monumental Acueducto del Padre Tembleque, notable obra civil de la época virreinal que cruza en su tercera arquería una barranca de 1,020 metros. El mayor de los arcos tiene una altura de 38.75 metros y 17 de claro (una dimensión que daría cabida a la nave mayor de la Catedral Metropolitana de la ciudad de México). El acueducto fue construido entre 1543 y 1560. Su autor, un franciscano que vivía en el convento de Otumba, ante el problema de la falta de agua en la comarca proyectó un acueducto que recorrería 32 kilómetros desde el cerro de Tecajete , al noroeste de Zempoala, y llegaría, por el suroeste, hasta el convento.
5.- HACIENDA CASA GRANDE
Localizada en el centro de Zempoala, esta hermosa hacienda construida en 1860 destaca por los 18 arcos de cantera rosa que forman su fachada principal y por el mobiliario de la época.
TLANALAPA
El nombre de este municipio es de origen náhuatl y significa “lugar sobre la abundancia” (agua). Fue en el siglo XVII cuando llegaron a este poblado los frailes franciscanos e iniciaron las grandes construcciones que a la fecha nos asombran. Entre los monumentos que destacan está la iglesia de San Francisco de Asís que data del siglo XVI y cuenta con un baptisterio, un patio, el atrio y un terreno adjunto.
La iglesia de Chiconcuac, construida a mediados del siglo XVIII, cuenta con un interesante detalle que muestra el paso del tiempo; pues en una de las vigas del templo se lee: “A dos de abril del año de 1908, se reformó esta iglesia”. Y finalmente la capilla de Bellavista.
Entre las haciendas que sobresalen en el municipio se encuentran la de San Francisco, la de San Juan Ayahualulco y la de San Pedro Tochatlaco. Esta última cuenta con una capilla y se caracteriza por sintetizar varias etapas constructivas; su primer cuerpo data con seguridad del siglo XVI, patente en el trabajo de talla en jambas y arquivolta; el segundo cuerpo exorna con relieves barrocos de argamasa, y la fachada se remata con espadañas de filiación neoclásica. Su interior no cuenta ya con cubierta, exeptuando unas vigas de madera, una de las cuales aún presenta la siguiente leyenda inscrita: “Se techó de nuevo en Mayo del año de 1820”. La hacienda de Bellavista tiene una capilla con un mural del siglo XVI.
TEPEAPULCO
Se localiza en medio de las planicies del sur hidalguense y al pie del enorme cerro del Xihuingo. Cuando los franciscanos llegaron al lugar en 1527 encontraron un gran número de habitantes que hablaban náhuatl y multitud de templos y pirámides. Hernán Cortés tomó el pueblo en encomienda y comenzó a construir una casa que, según sus enemigos, era sumamente ostentosa, por lo que la Audiencia de México mandó suspender la obra. En este poblado se hacen finos trabajos de talabartería, alfarería y herrería.
1.- MUSEO ARQUEOLÓGICO
Ubicado en el claustro bajo del antiguo convento de San Francisco, este museo muestra una colección de piezas arqueológicas descubiertas en diversas exploraciones del sitio arqueológico de Xihuingo, muy cercano a la población. Destacan los objetos de cerámica y de piedra, así como diferentes utensilios que eran usados para la guerra y en la vida cotidiana.
El museo fue fundado el 2 de febrero de 1995, se compone de cuatro salones: el primero está dedicado a los periodos Preclásico y Clásico; el segundo se enfoca en la cultura tolteca-teotihuacana (100-800 d.C.); el tercero se especializa en las culturas tolteca y azteca (800-1521 d.C.), y la última muestra la tecnología prehispánica. El museo abre de 9:00 a 16:00 horas.
2.- PARROQUIA Y EX CONVENTO DE SAN FRANCISCO
Obra construida por los franciscanos entre 1527 y 1560, en el centro de la ciudad. La portada del templo es una verdadera joya del arte plateresco, y en ella destacan el arco, la arquivolta y las jambas bellamente trabajadas. Esta obra pone de manifiesto la capacidad de los artífices indígenas del siglo XVI. En el interior del templo sobresalen dos pilas de agua bendita labradas en piedra y los frescos de los muros laterales. La torre, al lado sur de la fachada, es de manufactura primitiva del siglo XVI, mientras que la cruz atrial que fue incrustada en el muro del presbiterio refleja un toque de ingenuidad y rudeza indígena. En este magnífico e histórico conjunto vivió fray Bernardino de Sahagún, dedicado a recoger la memoria de los indios.
3.- CAJA DE AGUA
Pequeña construcción de gran originalidad, edificada en 1545 con el fin de servir de remate al acueducto de Tepeapulco. Destacan los gruesos contrafuertes, el friso de piedra bellamente decorado con figuras enmarcadas por un listón franciscano, sus remates con relieve de carácter religioso y cuatro surtidores con figuras de jaguar en altorrelieve. En su interior sobresalen, en la parte superior, dos cuerpos de jaguar unidos, con caras humanas, y en la parte inferior ocho figuras de jaguar en altorrelieve.
EMILIANO ZAPATA
El municipio ofrece a los visitantes su belleza arquitectónica y la tranquilidad de un pueblo que mantiene un aire colonial. En la cabecera municipal se encuentra la hacienda de San Lorenzo, otrora dedicada a la producción de pulque en gran escala; el ferrocarril México-Veracruz permitía enviar su producción pulquera por tren a la ciudad de México.
En 1928, 32 trabajadores ferrocarrileros de la estación San Lorenzo solicitaron que se les dotara de tierra, aun después de la Revolución; la hacienda alcanzaba entonces las 396 hectáreas de extensión, y en ese mismo año su dueño Alberto Guillén donó 100 hectáreas con la condición de que los terrenos se emplearan solamente para el cultivo, no para construir casas ni para venderlos; sin embargo, los beneficiados empezaron a colonizar dichos terrenos y el 5 de febrero de 1930 se colocó la primera piedra de lo que sería el actual poblado, cerca de las actuales calles Morelos y Emiliano Zapata. Ante la inconformidad del hacendado, los habitantes apresuraron los trámites jurídicos para crear un nuevo municipio.
1.- EDIFICIOS HISTÓRICOS EN EMILIANO ZAPATA
Entre los monumentos con que cuenta el poblado podemos mencionar las haciendas, las cuales encierran una gran historia, como las de Malpaso y Santa Clara; por su parte, la iglesia de San Lorenzo, ubicada en la cabecera municipal, muestra una arquitectura más modernista con un campanario, una cruz, un reloj y una singular capilla en honor de la Virgen de Guadalupe.
APAN
El poblado se localiza a 2,493 metros sobre el nivel del mar, su fama se debe principalmente a los llanos plantados de maguey y a la producción de pulque, pero también por ser cuna de la charrería. La fundación del lugar data de la época tolteca, y fue el primer lugar donde se establecieron los españoles que regresaban a Tlaxcala tras la legendaria derrota de “La Noche Triste”, en junio de 1520.
2.- PARROQUIA DE LA ASUNCIÓN
Construida a finales del siglo XVII y principios del XVIII, es considerada como una joya del barroco mexicano. De su portada de cantera destaca el acceso con arco poligonal en el primer cuerpo y, en el segundo, un altorrelieve que representa la Ascensión, en cuya parte inferior se encuentran tres medallones. En su interior, el retablo principal es una bella obra de arte del arte churrigueresco mexicano de finales del siglo XVIII. En la sacristía se puede admirar una hermosa mesa de madera labrada.
2.- HACIENDAS DE APAN
En la región de los llanos se encuentran varias haciendas construidas desde el periodo virreinal, aunque muchas de ellas presentan, una estructura de la segunda mitad del siglo XIX; en su mayoría están compuestas por casco, corrales y potreros, así como por terrenos dedicados a las actividades agrícolas, ganaderas y pulqueras.
3.- HACIENDA OCOTEPEC
A 3 kilómetros de Apan se localiza esta impresionante hacienda, propiedad, a partir de 1742, de los hermanos Nicolás y Gertrudis Durán de la Huerta. Posteriormente, al concluir la guerra de independencia el gobierno de México la entregó a doña Leona Vicario, esposa de don Andrés Quintana Roo, en recompensa por los perjuicios que sufrieron sus propiedades durante el conflicto armado. En la entrada de la hacienda hay un patio de distribución que permite el acceso a las trojes, a los corrales y a las caballerizas; al fondo está la casa grande y la capilla dedicada a San Francisco. Para visitarla es necesario un permiso especial de la presidencia municipal de Apan.
4.- HACIENDA DE CHIMALPA
Esta fue una de las más importantes en cuanto a producción pulquera, y en su momento fue de las principales proveedoras de esta bebida a la capital de la República. Actualmente cuenta con un museo que lleva al visitante por un viaje a través del tiempo. Tiene dos capillas, la de Santiago, construida en 1880, y otra del siglo XVIII. En general, las construcciones se han ido agregando en diferentes épocas, creando un conjunto de cierta complejidad y de gran belleza. José María Velasco supo captar en uno de sus óleos, pintado en 1893, la armonía entre la arquitectura de Chimalpa y el paisaje que la rodeaba. Para visitar esta hacienda es necesario un permiso especial por parte de los propietarios.
5.- HACIENDA DE SANTIAGO TETLAPAYAC
Esta hacienda existe por lo menos desde el siglo XVII. Al fondo de la construcción está la casa grande, cuyo pórtico tiene acceso al tinacal en un lado y a las habitaciones de los dueños en el otro. Al oriente del patio está la capilla de la hacienda, con la más bella portada del barroco popular que hay en Hidalgo. Para visitarla es necesario obtener un permiso especial por parte de los propietarios.
6.- HACIENDA DE SAN ANTONIO TOCHATLACO
La hacienda, de 1840, consta de un gran patio central, capilla, portal, torres, tinacal, despacho y casa grande. Tiene dos patios de tipo sevillano y mobiliario de la época que se ha conservado en excelentes condiciones. Vale la pena conocer la cocina, el comedor y la sala principal. La hacienda puede ser visitada mediante un permiso especial que los dueños otorgan con anticipación.