La joya de las cascadas en la Huasteca potosina está formada por el río Gallinas en ese punto, cae desde 105 metros sobre el río Santa María, para de ahí tener una anchura aproximada a los 300 metros.
Bañarse en las pozas puede resultar muy peligroso debido a las fuertes corrientes. Pero en las “playitas” y en las orillas alejadas el peligro es casi nulo.
Para acceder a esta zona, hay que hacerlo desde Tanchanchín, un poblado cuyos habitantes organizan paseos en lancha a lo largo del río, hasta llegar al lugar en cuestión. Para quienes gustan de las aventuras en kayak, el mismo río Santa María resulta muy emocionante, con un grado de dificultad clase IV en su primer cañón y IV en los tres restantes.