Asentado en las estribaciones de la Sierra Madre Occidental, este pintoresco y encantador poblado exhibe sus sinuosas callejuelas y sus casas de techumbres a dos aguas, cubiertas de rojas tejas que parecen encaramarse en las elevaciones naturales del terreno. Su pequeña plaza, custodiada por la bella silueta de su templo, se adorna con un diminuto quiosco y áreas verdes que contrastan con el paisaje serrano que le rodea.
Ubicación: 24 kilómetros al noreste de Concordia por la carretera número 40.