Visitar la Isla de las Muñecas probablemente sea el paseo en barca más inquietante que puedas realizar.
Esta excursión es larga porque Julián Santana, el hombre que creó el universo de pesadilla de la Isla de las Muñecas, vivió alejado de los suyos.
Dicen que una joven se ahogó junto a su isla y que él quiso ahuyentar su espíritu con las muñecas porque de noche la oí llorar y lamentarse.
Cuando él iba al pueblo a vender lo que producía en su chinampa recogía todas las muñecas rotas que encontraba.
Años después, él mismo murió ahogado.
Tras el placentero paseo en trajinera por canales y el lago, con música, comida y disfrutando el paisaje, de repente algo altera los sentidos.
Al acercarse la trajinera a la isla, se empiezan a ver las muñecas rotas, muñecas colgadas de los árboles que ahuyentan no sólo a los muertos sino también a los vivos.