El Palacio Federal fue construido en 1763 y era la sede de la Real Caja, oficina de hacienda del gobierno virreinal.
Después de la Independencia pasó a manos del gobierno de la república, de donde se le dió el nombre.
En el año de 1914 el ejército federal lo ocupó como cuartel y arsenal.
Contaba con una portada de cantera labrada estilo churrigueresco y sus ventanas y balcones ostentaban rejas de hierro forjado.
El Palacio Federal se encontraba en donde ahora están ubicados los edificios de la Avenida Hidalgo del 407 al 413, esquina con el callejón de La Palma.
Nunca se ha sabido con certeza cómo fue que explotó este edificio.
Unos creen que fueron soldados revolucionarios que dispararon sus armas contra las puertas cerradas.
Las chispas de los balazos quizá encendieron la pólvora y las municiones.
También existe otra versión, la cual quizá sea la más aceptada, en la que se afirma que fue explotado deliberadamente por un oficial federal que, tras la evacuación del centro, regresó al lugar a preparar la explosión.
Esto lo hizo para no dejarle al enemigo las armas y municiones que se almacenaban ahí.
Lo que sí es cierto es que el estallido destruyó el edificio desde sus cimientos y causó cientos de muertes.
La explosión del Palacio Federal significó la pérdida de uno de los edificios novohispanos de carácter civil más valiosos de México.