Los agaves florecen solo una vez en su vida, sus flores crecen en ramificaciones con racimos y no se fecundan a sí mismos.
Los encargados de llevar a cabo la polinización durante el día son los colibríes, las abejas y las avispas, de noche, palomillas y murciélagos.
Los murciélagos representan la especie más exitosa para la polinización, en especial el Leptonycteris nivalis y el Leptonycteris yerbabuenae, pues su cuerpo capta grandes cantidades de polen que va distribuyendo de flor en flor.
En México habitan 138 especies de murciélagos, y algunos viajan desde Texas, en Estados Unidos, hasta Oaxaca siguiendo las floraciones de las plantas silvestres, tanto agaves como otras cactáceas.
Con la polinización se asegura la diversidad genética de los agaves, la cual disminuye su vulnerabilidad ante plagas y enfermedades.