Morelia es dos ciudades en una. Por una parte, sus colegios, palacios, conventos, templos y plazas forman un sorprendente conjunto urbano lleno de historia y abolengo; por otra, es la más pueblerina de las grandes ciudades mexicanas, rica en sabor, tranquilidad, colorido y gente cálida.
RECORRIENDO MORELIA
Para una ciudad de casi un millón de habitantes, el Centro Histórico de Morelia es en realidad minúsculo. Su eje mayor, poniente a oriente, no rebasa los 2 kilómetros de largo. Para ir de un edificio a otro sólo basta dar algunos pasos; esto, sumado a la falta de relieve y a lo placentero del clima, hace del centro un rumbo idóneo para caminar.
Para conocer por vez primera el Centro Histórico nada como los recorridos guiados en algunos de los ocho tranvías turísticos o el Turibús. Estos vehículos tienen una taquilla común en la Plaza de Armas (a la derecha de la Catedral). Los recorridos suelen durar dos horas.
Los taxis en Morelia no usan taxímetro. Un recorrido dentro del centro, digamos de la Catedral al Santuario de Guadalupe, cuesta $25 pesos. Si es del centro a orillas de la ciudad, por ejemplo, de la Catedral a la Central de Autobuses, cuesta $40 pesos. Dentro del centro no hay autobuses, pero si hay camionetas colectivas (combis) cuyo costo es de $5 pesos sin importar la distancia. Las combis rojas atraviesan toda la ciudad de poniente a oriente y viceversa por la avenida Madero.
MORELIA PATRIMONIO MUNDIAL
El Centro Histórico de Morelia fue inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial en 1991. Esta ciudad, anteriormente llamada Valladolid, fue fundada en 1541 y 39 años más tarde se convirtió en capital administrativa y sede episcopal de Michoacán. Su nacimiento como ciudad española bien planeada según las ideas renacentistas de la época es una de las razones para incluirla en la lista; otra es la variedad de estilos de sus 249 monumentos históricos. Se ha considerado su valor histórico al ser semillero de las ideas ilustradas que condujeron a la Independencia de México y por su papel en el movimiento insurgente.
A lo largo del Virreinato se construyeron en la ciudad conventos, colegios y templos, además de grandes casonas de personajes adinerados de la región. De esta manera, Morelia ilustra hoy, a través de sus edificios, los logros de varios estilos arquitectónicos: el renacimiento, el barroco y el neoclásico.
La riqueza y vitalidad de la artesanía y la gastronomía michoacanas no fueron elementos considerados por la UNESCO, pero en definitiva son virtudes insoslayables de la ciudad. Cualquier viajero que quiera aquilatar verdaderamente a Morelia, debe darse tiempo para conocerlas y disfrutarlas.
SITIOS DE INTERÉS La Catedral y los alrededores inmediatos
La Catedral es un magnífico edificio barroco que se comenzó a construir en 1660 y, aunque fue consagrada en 1705, las obras continuaron durante casi todo el siglo XVIII. La fachada de la Catedral es de tres calles; en el segundo cuerpo de la calle central ostenta un relieve de la Transfiguración. Sobre esa misma vialidad hay seis nichos con notables esculturas que representan a diversos santos. En las calles adyacentes hay bellos relieves de la Adoración de los Pastores y la Adoración de los Reyes. Las portadas laterales están dedicadas a San José y la Virgen de Guadalupe.
Con 70 metros de altura, las imponentes torres se sitúan entre las más altas del país. El interior es sobrio, aunque conserva un notable trabajo de platería en el ciprés del altar mayor. Su órgano, de principios del siglo XX, es el que se utiliza para el Festival Internacional de Órgano de Morelia.
Al oriente de la Catedral, sobre la avenida Francisco I. Madero, se yerguen varios edificios virreinales que vale la pena detenerse a ver. El primero de ellos es el Palacio de Gobierno, que fue construido a fines del siglo XVIII como el Seminario Tridentino de San Pedro. En la cuadra siguiente, hacia el lado norte, están la Casa de la Conspiración, la Antigua Casa del Diezmo y el Congreso del Estado, y en el lado sur, el antiguo Hospital de los Juaninos, cuya parte poniente es ahora un lujoso hotel y puede pasar a visitarlo. www.hoteljuaninos.com.mx
Iglesia de San Francisco y Templo de las Monjas
Hacia el oriente se localiza la Iglesia de Santa Catalina de Siena, mejor conocida como el Templo de las Monjas. Fue construido a principios del siglo XVIII para las monjas dominicas. Tanto sus portadas, como su cúpula y su torre son de los mejores elementos barrocos de la ciudad. En su interior conserva las rejas de los coros de las monjas, además de excelentes lienzos y esculturas. Lo que fuera el convento adyacente fue secularizado y fraccionado en el siglo XIX. Su parte principal, restaurada hace cien años, es hoy el Palacio Federal.
Otras tres notables iglesias barrocas están muy cerca de Las Monjas. Dos cuadras al norte está el Templo de San José, que alberga varios óleos virreinales de primera clase, incluidos algunos de Cristóbal de Villalpando. Una cuadra al sur se abre la Plaza Valladolid donde se encuentra la Iglesia de San Francisco edificada por los frailes menores a fines del siglo XVI y terminada al parecer en 1610, ostenta una hermosa fachada plateresca con un doble arco de entrada decorado con conchas y flores, y una imagen de la Virgen con el Niño en la piedra clave. Lo que fue el convento adyacente alberga hoy la Casa de las Artesanías. Finalmente otras tres cuadras más al sur se levanta el Templo de Capuchinas, que resguarda varios retablos dorados de estilo churrigueresco.
Fuente de las Tarascas y Santuario de Guadalupe
Unas diez cuadras al oriente de la Catedral, la avenida Madero conduce a la Fuente de las Tarascas, cuya escultura principal es tres mujeres sosteniendo una peribana colmada de frutos, se volvió emblemática de la ciudad desde que fue colocada en 1984. A partir de la fuente comienzan espacios muy agradables para caminar. A un lado verá el Jardín Villalongín y los grandiosos arcos del viejo acueducto del siglo XVIII. También ahí inicia la Calzada Fray Antonio de San Miguel, una apacible calle peatonal bordeada de fresnos que conduce al Santuario de Guadalupe. Éste fue originalmente una iglesia construida por los frailes dieguinos en el siglo XVIII. En 1907 su interior fue transformado por el maestro Joaquín Horta Menchaca bajo el sobrecargado y multicolor estilo ecléctico que ahora ostenta. Enseguida se abre la Plaza Morelos, con un magnífico monumento de origen italiano dedicado a José María Morelos y, más allá, al sur del acueducto, sigue el Bosque Cuauhtémoc donde, además de las áreas arboladas, están el Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce (martes a viernes de 10 a 20 horas, sábado y domingo de 10 a 18 horas; entrada libre) y el Museo de Historia Natural Manuel Martínez Solórzano (miércoles a lunes de 10 a 18 horas; entrada libre).
Colegio de San Nicolás de Hidalgo y Templo de las Rosas
Dos cuadras al poniente de la Catedral se levanta el Colegio de San Nicolás de Hidalgo, institución de educación superior fundada en 1540 por don Vasco de Quiroga. En sus inicios fue una escuela de filosofía, teología y lenguas indígenas. Fue aquí donde estudiaron varios líderes insurgentes como José María Morelos, Ignacio Rayón y el propio Miguel Hidalgo y Costilla, quien también fue rector de este colegio. Hoy lleva por nombre Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. Su edificio, aunque construido originalmente en el siglo XVI, ha sufrido varias intervenciones arquitectónicas mayores, la última de las cuales fue en los años setenta del siglo XIX. Enfrente se ubican el Palacio Clavijero (antiguo Colegio Jesuita de San Francisco Xavier) y la Biblioteca Pública Universitaria (antes la iglesia anexa del colegio; lunes a viernes de 8 a 20 horas). El nombre del palacio se debe a que en él impartió clases de filosofía el notable humanista mexicano Francisco Xavier Clavijero a mediados del siglo XVIII. Hoy funciona como centro cultural. Dos cuadras al norte se sitúa el Jardín de las Rosas, a cuyos lados se encuentra la Iglesia de Santa Rosa de Lima, mejor conocida como el Templo de las Rosas, y lo que fue el convento adyacente hoy es el Conservatorio de las Rosas. La iglesia conserva gran parte de su belleza original de los siglos XVI y XVII, como puede verse en su doble portada, las rejas del coro y sus tres retablos churriguerescos. Por su parte, en el conservatorio destaca el magnífico claustro conventual con su arquería de cantera, además de la galería alta que mira a la calle. En el extremo oriente del Jardín de las Rosas está también el Museo del Estado (Guillermo Prieto 176) en lo que fue una casona del siglo XVIII. Su exhibición está dedicada a la arqueología, la historia y la etnología de Michoacán (lunes a viernes de 9 a 14 y 16 a 20 horas, sábado y domingo de 9 a 14 y 16 a 19 horas; entrada libre).
ARTESANÍAS
Es uno de los estados mexicanos con mayor talento y diversidad artesanal. Múltiples poblados michoacanos, principalmente de origen tarasco, se han especializado en finos productos que ahora tienen fama internacional y que se pueden conseguir fácilmente en la capital. Aquí la dificultad estriba más bien en escoger cuáles de todos ellos son los más hermosos: cobre repujado y martillado de Santa Clara del Cobre; cerámica verde de Patamban; alfarería y figuras de animales y diablos hechas en barro y pintadas de colores de Ocumicho; máscaras, guitarras y objetos decorativos de madera de la región del Lago de Pátzcuaro; maderas laqueadas de Uruapan y Zamora.
Hay infinidad de tiendas que ofrecen artesanías michoacanas. Si quiere ir a un sólo lugar le recomendamos la Casa de las Artesanías, donde hay exhibición y venta de trabajos de todo el estado. Los precios pueden ser un poco altos, pero la variedad y calidad son muy apacibles (lunes a sábado de 9 a 20 horas y domingo de 10 a 15 horas; junto al Templo de San Francisco, en Fray Juan de San Miguel 129).
GASTRONOMÍA
La diversidad geográfica y cultural del ámbito michocano ha propiciado el desarrollo de una sofisticada cocina regional, donde los platillos famosos son incontables. Corundas y uchepos son variedades locales de tamales; aquéllos se hacen en forma de bola, se envuelven en hojas verdes de maíz y se sirven con salsa, éstos se hacen con elote tierno.
También son recomendables el pollo placero, la morisqueta (arroz blanco con frijoles fritos y salsa), el churipo (un caldillo de carne de res, chile rojo y verduras), las enchiladas morelianas y el aporreadillo (tiras de carne seca guisadas en salsa roja). Platillos de otras zonas del estado se encuentran fácilmente en Morelia. De la región lacustre le recomendamos el pescado blanco de Pátzcuaro, el caldo michi (con pescado y tuna agria) y los charales secos o en caldo. Si le gusta el puerco no se pierda las carnitas o las trompas de puerco en salsa. Entre las bebidas destacan la charanda, el rompope, el licor de membrillo, la guacamaya y los atoles.
Capítulo aparte son los dulces y postres; siempre deje espacio para ellos. Hay ates, frutas cubiertas y en conserva, pétalos de rosa cristalizados, charamuscas, chocolate de metate, chongos zamoranos, helado de pasta, pastel de plátano, capirotada y, por supuesto, morelianas. Un buen lugar para conocerlos y comprarlos es el peculiar Museo del Dulce, un atractivo imprescindible de la ciudad (lunes a domingo de 10 a 19:20 horas; Madero Oriente 440; teléfono: (433) 312 8157).
TIPS DEL VIAJERO
Por las noches esta ciudad también sorprende a sus visitantes; los sábados no se pierda el espectáculo que ofrece la iluminación especial de la Catedral.
FIESTAS Y TRADICIONES Morelia es a México, lo que Salzburgo es a Austria: una ciudad netamente musical. El 18 de mayo, la ciudad celebra su fundación y en torno a esa fecha tiene lugar la Feria de Morelia, entre el último domingo de abril y el tercero de mayo.
Paralelo a la feria tiene lugar el Festival Internacional de Órgano Morelia Alfonso Vega Núñez, una de las más antiguas del continente en su tipo. Es una ocasión de oro para escuchar el órgano de la Catedral en manos de grandes intérpretes de todo el mundo. A mediados de noviembre se celebra el muy apreciable Festival Internacional de Música Miguel Bernal Jiménez en distintos templos y foros del Centro Históricowww.festivalmorelia.com
Las fiestas religiosas como Navidad, Viernes de Dolores y Semana Santa son importantes en la ciudad. Otra festividad religiosa notable es la de los Fieles Difuntos, que resulta especialmente colorida en Michoacán, aunque más en los pueblos que en la ciudad.
CÓMO LLEGAR Automóvil. Se localiza en el suroeste de México a 910 km de Monterrey y a 300 km de Guadalajara y la Ciudad de México. Avión. Su Aeropuerto General Francisco J. Mújica se ubica 28 km al noreste del centro (carretera Morelia-Zinapécuaro km 22.5; teléfono: (433) 312 6868). Llegan las aerolíneas Volaris, Aeromar, Aeroméxico y Mexicana. Autobús. Las principales líneas de autobuses son ETN, Herradura de Plata, Parhikuni y las del Grupo Flecha Amarilla (Primera Plus y Servicios Coordinados).