Situado en la Plaza de los Cuatrocientos Años y pensado como un nuevo lugar de recreación y de fomento cultural para el visitante, el Museo de Historia Mexicana alberga la exhibición histórica más importante del norte de México. De estilo sobrio y modernista, obra de los arquitectos Oscar Bulnes y Augusto Álvarez, su concepción arquitectónica surge a partir del guión histórico y museográfico, lo cual le permite contar con espacios perfectamente adaptados a sus exposiciones y a la línea temática que maneja.
En el centro del vestíbulo se levantan unas escaleras helicoidales que conducen a la sala de exposición permanente, un enorme espacio abierto de 400 metros cuadrados que apoya la idea del sentido continuo de la historia, y que la expresa en la libertad que tiene el visitante para elegir su propio recorrido.
Alrededor del vestíbulo se localizan la sala de exposiciones temporales, la biblioteca y la videoteca, el auditorio, la sala de audiovisuales, la tienda y la cafetería. La exposición histórica está organizada en cuatro secciones: El México Antiguo, La Colonia, El Siglo XIX y El México Moderno.
A las cuatro grandes áreas en que divide nuestra historia, el museo añade una más dedicada a mostrar la diversidad de ecosistemas y la riqueza biológica de México, con especial énfasis en la importancia del agua para la conservación y el desarrollo de la vida.