Los humedales no son exclusivos de un solo ecosistema; igual pueden encontrarse en selvas que en bosques y manglares. Su importancia radica en que son zonas en las que coexisten ecosistemas acuáticos y terrestres, como un eslabón fundamental del ciclo del agua.
Entre sus funciones insustituibles están el almacenamiento y la purificación del agua, la protección contra tormentas, la recarga y descarga de los acuíferos, la mitigación de inundaciones, la estabilización de los litorales y el control de la erosión.
En el plano internacional, México ha sido reconocido por sus acciones en defensa de sus humedales, y actualmente ocupa el segundo lugar entre las naciones con mayor número de esos sitios registrados en el listado de humedales de importancia internacional de la Convención RAMSER.
Los humedales se forman en zonas bajas inundables o de drenaje lento, como algunos ríos, manantiales, esteros, cenotes, pantanos, lagunas y deltas, por lo que pueden ser tanto costeros como interiores.
Entre los distintos tipos de humedales costeros están los manglares, los petenes, las marismas y las planicies salinas. Aunque también los arrecifes de coral son considerados como humedales, aquí en TuriMexico.com les hemos dado una clasificación aparte para poder presentárselos mejor. Entre los humedales interiores destacan los lagos y lagunas con vegetación de tulares, carrizales y lirios acuáticos; las ciénegas, los pantanos, las selvas y las pozas que se inundan estacionalmente, los popales, los bosques de galería, los palmares, los tasistales, las turberas y los oasis.
Hoy está en nuestras manos salvar estos magníficos laboratorios de especies biológicas.