A la Plaza del Baratillo se le asignaron también los nombres de Joaquín González y González y General Manuel González.
La Plaza del Baratillo se denomina así popularmente debido a que los días de tianguis los comerciantes anunciaban que sus mercancías eran muy baratas.
Su hermosa fuente representa dos tazones labrados y sobre ellos una columna soporta a una concha adornada con un delfín en cada uno de los cuatro frentes.
En la Plaza del Baratillo se dice que se pueden escuchar los lamentos de las ánimas de los Carcamanes, una leyenda típica de Guanajuato que data del siglo XVIII en la que se cuenta la historia de lo sucedido en la casa de estos hermanos ubicada en una de las esquinas de la plaza.