Entre las características de los antiguos mayas se encuentran la complexión robusta y una estatura de 1.60 metros en los hombres y 1.50 metros en las mujeres.
La cabeza era relativamente ancha con el cabello castaño obscuro y lacio, nariz aguileña y pómulos salientes.
La costumbre de modificar el cuerpo tenía un valor social y religioso.
Algunos adornos corporales, como la pintura de la piel, eran aplicados cotidianamente o en ocasiones festivas.
Se utilizaban ornamentos en la nariz, los labios, la frente y las orejas. La deformación artificial de la cabeza formaba parte integral de la vida y, en algunos grupos, se elevó a una forma de arte.
Se servían de técnicas e instrumentos para dar la forma deseada a la cabeza infantil. En el caso de las ornamentaciones dentales resalta la diversidad de formas, producidas mediante limado y perforación parcial.