Como parte de la filosofía de desarrollo sustentable y cuidado ecológico que practica Xcaret. se llevan a cabo acciones de trasplante de árboles, compostas, reciclaje de desechos y lombricultura.
El trasplante de árboles es una necesidad ecológica indiscutible en un área donde el crecimiento de los espacios turísticos es evidente, amenazando al ecosistema. El proceso consiste en determinar cuáles son las plantas que resisten un trasplante, lo que varía de acuerdo con las especies. Las plantas pequeñas son fáciles de trasplantar, pues basta con extraerlas con todo y tierra. Las plantas grandes y los árboles son mucho más delicados y las técnicas utilizadas son más laboriosas, con un proceso de preparación anticipado y elaborado.
Se limpian las raíces, se reduce la corteza, se podan algunas ramas, se combaten las plagas y se aplica fertilizante. En los árboles grandes hay que estimular el crecimiento de nuevas raíces para facilitar su adaptación al nuevo terreno, en un proceso que puede durar hasta tres meses. Las plantas se trasladan a un nuevo vivero de recuperación, en donde se les brindan cuidados intensivos, con un suelo húmedo.
Para la composta y el reciclaje, las hojas, el despalme, las ramas y el pasto son algunos de los desechos que terminan en los contenedores de composta, junto con los demás desechos orgánicos de los restaurantes de Xcaret.
Los contenedores están ubicados a un lado del Sendero de la Selva. La composta que se obtiene es abundante en minerales, por lo que sirve para enriquecer la tierra de muchas especies vegetales del parque.
En cuanto al reciclaje es una de las alternativas más eficientes para reducir la contaminación del agua y del aire, por lo que en el parque se separan los restos de aluminio, papel y plástico para enviarlos a centros de reciclaje.
La lombricultura es el cultivo de lombrices de tierra para propósitos de biodegradación de desechos de origen vegetal. Esta especie se encarga de descomponer los desechos orgánicos, como sobras de comida, estiércol y papel o cartón triturados. Las lombrices van escarbando túneles, digiriendo las bacterias y soltando enzimas benéficas que, a la larga, se convierten en biofertilizantes.