Las culturas mesoamericanas poseían un calendario solar de 365 días y otro ritual de 260 días.
Entre los mayas, el calendario solar se llamaba haab y constaba de 18 meses de 20 días, más un período de cinco días aciagos o de mala fortuna, llamado wayeb, con el que se completaban los 365 días que tarda la Tierra en realizar su tránsito alrededor del Sol.
El calendario ritual, conocido como tzolkín, estaba formado por una combinación de 20 días con 13 números que daban un total de 260 días, cada uno de los cuales poseía una carga divina proporcionada por los dioses patronos del nombre y del número del día correspondiente.
Se suponía que el tzolkín regía el destino de los individuos, los que eran nombrados según el día de su nacimiento.
El sistema solar y el ritual se combinaban para formar un ciclo de 52 años, llamado rueda calendárica.