Los mayas fijan la memoria de sus eventos primordiales en estelas conmemorativas que guardan del olvido su historia e identidad. Otoniel Baruck Sala Castro, artista plástico autodidacta, oriundo de Cuernavaca y radicado en Cancún desde hace más de 20 años, plasma el inicio de su actual estancia de seis meses en España, con un mural alusivo a la configuración de una estela. El pintor ha ganado una beca otorgada por el Ayuntamiento de Castelló de la Plana en la tercera edición de las becas Hábitat Artístic Castelló, para la realización de su proyecto de retratos costumbristas, en formatos de dimensiones mayores, los cuales serán apreciados en tercera dimensión mediante instrumentos ópticos particlares que ocupan la investigación de Otoniel.
El rastreo de informaciones nuevas es una constante en este artista. Define desde siempre sus rutas de aprendizaje atendiendo activamente a toda sugerencia emanada de la vida. No deja cabo suelto y convoca y hace historia de la unión de las dos ciudades, Castellón y Cancún, a partir de su presencia en esta población, desde noviembre pasado. Su trayectoria en pintura mural inició doce años atrás cuando realizó trabajos de decoración con temas alusivos a la historia e iconografía maya para el Hotel Xbalamqué. Desde entonces, profundiza en el estudio de estos contenidos consiguiendo plasmarlos en múltiples murales con los que ha ido fraguando un criterio formal y una identidad plástica.
Su pasión por el trazo y la forma tiene antecedentes en familiares dedicados a la pintura, que si bien no lo educan, si le proporcionan un contexto de intereses artísticos que él recoge y asume. Aunado a ello, su infancia avanzó en un recorrido de rutas mayas necesarias en el trabajo comercial de la familia, que lo habituaron a la cultura ancestral de Yucatán y Quintana Roo. Otoniel amarra ambas experiencias y abreve en ellas dimensionándolas en un enfoque pictórico personal que se proyecta desde su participación destacada en la convocatoria de la empresa Delphinus, para la decoración de esculturas de delfines.
Por esas fechas, el Patronato del Parque Kabah lo llamó para realizar un mural de temática maya. Declarado Área Natural Protegida en 1995, el parque es uno de los pulmones de la ciudad, con gran flujo de visitantes. Ello le significa a Otoniel la posibilidad de acercar el arte y la cultura a la cotidianeidad de la vida de las personas, lo cual es un interés persistente en muchos de sus esfuerzos y enfocado como su responsabilidad primordial.
El mural, donado por el artista, enaltece la cultura maya, la fauna y la flora de la entidad y el color propio de los centros ceremoniales que ocupa ya como un código subjetivo en sus obras murales, tonos múltiples de tierras ocres, sepias y terracotas. La ya amplia actividad muralística en Xbalamqué y Kabah, entre otros sitios, va acompañada de una producción constante de pintura de caballete.
Gradualmente Otoniel ha pulido su dibujo y color en representaciones realistas de personajes ataviados o tatuados con elementos iconográficos de la historia indígena regional. En su galería-estudio produce y vende “artículos de autor”, así como su obra pictórica, de frente a un público siempre invitado a la intimidad de su trabajo creativo. El mural y el caballete lo han familiarizado con las personas que, atentas o indiferentes, circulan por los espacios en que él elabora sus formas y contenidos visuales. Con el tiempo, esta experiencia ha fraguado en Otoniel la necesidad de activar mediante el arte, espacios públicos abandonados, ya no sólo por la inclusión de murales sino invitando a la población a su participación en un entorno cultural alternativo y multidisciplinario.
El arte como eje fundamental, como escenario cotidiano de la convivencia social y el desarrollo de la conciencia, es el caso de su propuesta para la decoración de la Copa de Aguakán de la Supermanzana 15, tanque de agua ya sin uso, de 30 metros de altura, ubicado en pleno centro deCancún, sobre la que ha realizado a la fecha 60 metros de pintura. La cisterna, bomba y demás instalaciones que bordean la copa están protegidas por una barda de 800 metros cuadrados, que Otoniel ha decorado, y alrededor de la que surge el proyecto de transformación de este espacio en un jardín y foro cultural, plataforma de impulso para los artistas locales.
A últimas fechas esta pretensión cobró forma en la apertura del bazar multicultural La Copa, de gran éxito. Otoniel trabaja sin prejuicio alguno abriendo, tanto puertas de creación individual, como de colaboración artística. Es el caso del proyecto que desarrolla con el escultor realista de origen español, Daniel Bustos y el fotógrafo argentino Juan Daniel Baraggia: “Rostros mayas, Una mirada contemporánea”. Se trata de 6 relieves de Bustos que reproducen los retratos de Baraggia y son retocados por la pintura de Sala Castro. Esta muestra ha sido presentada en galerías en Cancún y abre ya espacios de exhibición en España y Alemania. Lo esperan a su regreso de España, la conclusión y seguimiento de sus proyectos murales, la reapertura de su Galería Baruck, el proceso de sus obras de caballete, su promoción de la educación artística y más.