Ciudad con un gran sabor colonial. En ella confluyen de manera admirable la historia y la cultura, en una especial amalgama de formas matizadas de colores que prácticamente se encuentra en cada calle, en sus soberbios templos y edificios de sólida cantera verde, en su gente sonriente y amigable y en su rico legado de leyendas y costumbres que se funden con el arte.