Tres elementos conforman el paisaje del estado de Chihuahua, mismos que definen la gastronomía de este territorio: el Desierto, la Llanura y la Sierra.
En los valles se cosecha una gran variedad de frutas, legumbres y cereales de calidad y en las extensiones desérticas pasta el mejor ganado deMéxico, del cual se obtienen finos cortes, tanto para la exportación como para el consumo local. Estos productos son la base de la comida del pueblo chihuahuense.
Los tarahumaras se alimentan, básicamente de maíz con el que, por otra parte, elaboran el pinole, bebida ancestral muy nutritiva.
En las poblaciones, grandes y pequeñas de Chihuahua, puede disfrutar de un caldillo de carne de res picada y asada, con verduras y orégano; de un trozo de queso menonita o casero o de unos sabrosos tamales, delgaditos como dedos y confeccionados con carne y “chile colorado” (chile ancho y seco). Otras delicias son las empanadas de Santa Rita, rellenas de picadillo y espolvoreadas con azúcar, los frijoles “graneados”, caldosos con cebolla, jitomate y cilantro y el tradicional chile con queso asadero que “hace hebra” y se come con tortillas de harina. En Cuaresma son populares los chacales, granos de maíz secos y resquebrajados, guisados con chile colorado.
Nunca faltan las conservas de frutas ni las cajetas (ates) de membrillo, de durazno o perón. Sonora obsequió a los chihuahuenses las deliciosas coyotas, hechas con harina, manteca y piloncillo que ahora son populares en Chihuahua.
Si usted quiere compartir un momento amable y probar un platillo tradicional, nada mejor que asistir a una discada de carne asada a las brasas con trozos de chorizo y tocino de primera calidad.
Después de una caminata resulta apetecible un plato de barbacoa aderezada al estilo norteño y acompañada de tortillas calientes de harina y de maíz.