Hay rincones que nos hacen favor de juntarnos el mundo, de poner países, climas y regiones al alcance de nuestras manos, como el Mercado de San Juan en el centro de la Ciudad de México. El Barrio Chino le queda cerca, con sus dragones y sus lámparas. Pero es la Plaza San Juan, a un costado, la que ha visto transcurrir el destino del mercado desde los años cincuenta.
Su espacio antes estaba ocupado por las bodegas de la tabacalera Buen Tono, ahora son los productos venidos de todas partes los que colorean sus pasillos. El Oriente resumido en curry, cúrcuma, jengibre, fideos chinos y aceite de coco; las butifarras del puesto de embutidos La Catalana; o las pescaderías, oliendo a mar, exhibiendo la indiferencia de los robalos y esmedregales que ya no quieren saber más de la vida.
Y se camina entre los puestos de frutas y verduras; se pasan las flores comestibles, la harina de yuca, los huevos de pato y de codorniz, los gusanos de maguey; se llega hasta las carnes exóticas de Los Coyotes o El Gran Cazador y la imaginación se pregunta entonces a qué sabe el faisán, el león, el avestruz. Pero lo que sí se puede y se debe probar estando en el mercado son las tapas y baguettes de La Jersey. Su lista de quesos y embutidos es larga, asombrosa: parmesano reggiano, roquefort, gruyere, manchego de cabra al vino tinto, chorizo de Pamplona, jabugo, paté de hígado de ganso. Cualquier ingrediente es susceptible de terminar en la tapa o baguette elegida, su precio incluye dos copas pequeñas de vino tinto y como postre un par de tapas de queso mascarpone con nuez y miel.
IMPERDIBLE:
Uno de los puestos cerca de la entrada, La Holandesa. Su vitrina es un universo de pan, caviar, embutidos, boquerones, trufas, pasteles, jericallas y cientos de quesos nacionales e importados.
UBICACIÓN:
En la calle Ernesto Pugibet, entre José María Marroquí y Luis Moya. Se encuentra abierto desde las 8:00 a 17:00 horas.