Además de monumentos y glorias arquitectónicas como Santo Domingo y Monte Albán, la ciudad ofrece los colores, sonidos, olores, sabores y texturas de mercados y fiestas; comida y mezcales; danzas y artesanías; pueblos y gente risueña. Sin duda, es una de las urbes más encantadoras de México.
RECORRIENDO OAXACA
El Centro Histórico de Oaxaca consta de 230 manzanas con 1,200 monumentos históricos. Y el área que concentra a las principales iglesias, museos y plazas no llega a más de 1,500 metros por lado, de modo que es perfectamente caminable. Si llega en automóvil propio, estaciónelo y olvidese de él. Sólo lo volverá a necesitar para ir a Monte Albán y para otras escapadas.
Hay un tranvía turístico que hace recorridos de una hora por el centro. Sale cada hora desde la esquina de Morelos y Macedonio Alcalá entre las 10 y las 17 horas ($35 pesos por persona.). Los autobuses de transporte público cuestan $4.50 pesos. Los taxis no usan taxímetro. Los recorridos dentro del centro cuestan entre $20 y $25 pesos; del centro a Monte Albbán o al Aeropuerto son $150 pesos.
Los operadores turísticos locales ofrecen mil opciones de excursiones a los pueblos de los Valles Centrales (Mitla, Hierve El Agua y Cuilapan). Si prefiere el transporte público, puede tomar los camiones que salen de la Central de Autobuses de 2a. Clase (Periférico y Valerio Trujano, siete cuadras al poniente del Z´´ocalo) o los taxis colectivos que tienen su base ahí mismo.
OAXACA PATRIMONIO MUNDIAL
La región de los Valles Centrales de Oaxaca, donde está ubicada la ciudad, fue desde siglos antes de Cristo asiento de las altas culturas mesoamericanas. Ahí, los olmecas pusieron las bases de lo que más tarde sería Monte Albán, la gran urbe zapoteca, cuya época de esplendor se extendió del año 100 al 650 d.C. A la hegemonía zapoteca siguió la mixteca, desplazada a su vez por los invasores aztecas y, más tarde, por las armas españolas.
Pocos años después de la conquista de México, los españoles refundaron la ciudad azteca de Huaxyácac (cuyo nombre hispanizado es “Oaxaca“), con una traza reticular precisa sobre la que se edificaron casas, palacios, templos y conventos. En adelante, Oaxaca sería una de las ciudades más creativas de México.
En 1987 la UNESCO inscribió en la lista del Patrimonio Mundial las ruinas de Monte Albán y el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca, el organismo lo consideró un “ejemplo perfecto” de un poblado virreinal español del siglo XVI, con una de las herencias monumentales más ricas y coherentes de la Nueva España. También subrayó la solidez de sus varios edificios, como una sagaz adaptación a los frecuentes temblores de la zona. Sin embargo, todo esto es sólo una de las razones por las que vale la pena visitar esta ciudad. La presencia de la cultura india (la más fuerte entre todas las ciudades mexicanas Patrimonio Mundial) y la vivacidad con que se expresa en fiestas, gastronomía, artesanía y vida cotidiana, son otras de las grandes razones para hacerlo; así como la enorme riqueza de pueblos, zonas arqueológicas y parajes naturales que rodean a la ciudad.
SITIOS DE INTERÉS El Zócalo y la Catedral
El centro de la ciudad cuenta con dos bonitas plazas adyacentes. La principal es el Zócalo, recientemente remodelado y rodeado de portales por tres de sus costados. Los diecinueve arcos del sur corresponden al edificio que hasta 2005 fue el Palacio de Gobierno. Está hecho con la típica cantera local que le dio a la ciudad su sobrenombre de “la verde Antequera”. Hoy, este edificio es el Museo del Palacio “Espacio de Biodiversidad”, dedicado a la naturaleza del estado (miércoles a lunes de 10 a 17 horas; entrada libre). En él están las oficinas de turismo del estado.
A su derecha, en la esquina suroeste del Zócalo, se encuentra la sólida Iglesia de la Compañía de Jesús. Hacia el noroeste del Zócalo está la otra plaza, la Alameda de León. Frente a ella se levanta la magnífica Catedral, construida a principios del siglo XVIII y consagrada en 1733. Su cúpula y sus torres son más bien bajas, debido al riesgo de los frecuentes temblores. Cuenta con una hermosa fachada barroca con una docena de esculturas y relieves, entre los que destaca el dedicado a la patrona del templo, la Virgen de la Asunción, coronada por la Santísima Trinidad.
En el lado norte de la Alameda de León hay una notable casona del siglo XVIII que desde 2004 alberga al Museo de los Pintores Oaxaqueños, dedicado a exhibiciones temporales (martes a domingo de 10 a 20 horas; admisión $20 pesos). En la esquina noroeste de la Alameda no hay que dejar de ver el antiguo Edificio de Correos y Telégrafos, una llamtiva construcción de 1895.
Por el andador hacia Santo Domingo
Detrás y a la izquierda de la Catedral inicia la calle peatonal conocida como Andador Macedonio Alcalá. Se trata de una de las calles más agradables de la ciudad, con elegantes edificios de gobierno, galerías de arte, cafés, restaurantes y tiendas.
En el cruce con la avenida Independencia está la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca. Le sigue en el número 202, la bellísima casona virreinal que hoy es sede del Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca, dedicado a exhibiciones artísticas temporales (miércoles a lunes de 10:30 a 20 horas; entrada libre). Cuadra y media más al norte (en la esquina con Nicolás Bravo) está la encantadora Parroquia de la Preciosa Sangre de Cristo, y un poco más allá se yergue la joya máxima de la ciudad: el Templo de Santo Domingo de Guzmán.
El templo y su ex convento adyacente fueron edificados entre 1555 y 1666 por los frailes dominicos, quienes tuvieron a su cargo la evangelización del actual estado de Oaxaca. El templo tiene impresionantes decorados barrocos del interior y una fachada de corte renacentista, donde se ve un majestuoso relieve central de Santo Domingo y San Hipólito mártir sosteniendo a la Iglesia.
Sin embargo, al trinfo del liberalismo en México, hacia 1860, el templo fue convertido en caballeriza, los retablos originales desaparecieron y las capillas quedaron destrozadas. El convento fue fraccionado y usado como cuartel. Desde fines del siglo XIX, cuando el templo regresó al culto católico, se han realizado diversas obras para devolverle su antiguo esplendor, presente en verdaderas obras maestras como la cúpula de la Capilla del Rosario o el techo del coro bajo en la entrada (con el árbol genealógico de Santo Domingo).
Hoy, el claustro funciona como Centro Cultural Santo Domingo, cuyos recintos, patios, escalera monumental, bóvedas y corredores conforman uno de los conjuntos arquitectónicos más majestuosos de México. Este centro cultural incluye el Museo de las Culturas de Oaxaca, dedicado al arte, la historia y la cultura regionales. Entre otras maravillas, exhibe el llamado “Tesoro Mixteco”, que son las joyas descubiertas por el arqueólogo Alfonso Caso en la famosa Tumba 7 de Monte Albán en 1932. También aquí se encuentra la Biblioteca Fray Francisco de Burgoa, con cerca de 25 mil volúmenes de los siglos XV al XX del acervo histórico de la Universidad de Oaxaca (de martes a domingo de 10 a 18 horas; admisión $45 pesos).
Ex Convento de Santa Catalina
Detrás de la Iglesia de Santo Domingo están los accesos a la Hemeroteca Pública de Oaxaca “Néstor Sánchez H.” y al interesante Jardín Etnobotánico. Unos pasos más allá está el pequeño, pero bien montado Museo de la filatelia (martes a domingo de 9 a 19 horas; entrada libre).
Muy cerca de ahí, pero hacia el sur, se ubica el Hotel Camino Real (5 de Mayo 300), en lo que hasta 1862 fue el Convento de Santa Catalina de Siena, de monjas dominicas. Construido en 1568, este edificio ha sufrido muchas modificaciones, pero no ha perdido su belleza inicial. Sus patios y celdas ahora son jardines y habitaciones de lujo. En la parte de atrás está el Patio de los Lavaderos, donde se conservan los antiguos lavaderos del convento bajo un hermoso cobertizo mudéjar del siglo XVII.www.caminoreal.com
Basílica de la Soledad
El Centro Histórico de Oaxaca cuenta con una docena más de impresionantes iglesias virreinales. Entre ellas destacan las del Carmen Alto (García Vigil y Venustiano Carranza), San Agustín (Guerrero y Armenta y López), San Felipe Neri (Independencia y Tinoco y Palacios) y, sobre todo, la Basílica de Nuestra Señora de la Soledad, situada cuatro cuadras al poniente de la Catedral, frente al Jardín Sócrates. Este templo, que atrae a numerosos devotos, fue terminado en 1690. Con su grandiosa portada en forma de biombo y sus exquisitos relieves y esculturas, es una de las principales obras barrocas de la ciudad.
ARTESANÍAS
En la ciudad y en los pueblos de los Valles Centrales se fabrican maravillosas artesanías. Entre los tipos locales más representativos destacan el barro negro, la cerámica vidriada, los tapetes de lana de Teotitlán del Valle y los alebrijes de madera de San Antonio Arrazola.
Desde luego, el mejor sitio para comprar artesanía son los propios pueblos que la producen, porque tiene la opción de ver a los creadores en acción. Sin embargo, en el centro de la ciudad también hallará docenas de tiendas de artesanías. Dos sitios recomendables por su calidad, precio y variedad son la Casa de las Artesanías MARO (Mujeres Artesanas de las Regiones de Oaxaca) en 5 de Mayo 204 (lunes a domingo de 10 a 20 horas), y el Instituto Oaxaqueño de las Artesanías, perteneciente al gobierno estatal, en García Vigil 809 (lunes a viernes de 9 a 19 horas y sábado de 10 a 17 horas).
GASTRONOMÍA
La cocina oaxaqueña es una de las más ricas y diversas del país. Sus platillos más emblemáticos son los deliciosos moles: amarillo, coloradito, verde y negro. Aunque igual de típicos pueden ser el chocolate, el mezcal (un exquisito destilado de agave pariente del tequila), el quesillo, las tlayudas y los chapulines que se comen con tanto gusto y frecuencia como la carne de pollo. Otros platillos muy recomendables y para todos los paladares pueden ser el tasajo (carne salada), el chichilo (guiso de varias carnes con una salsa de chiles y verduras) o los chiles de agua rellenos de quesillo.
Un sitio clásico para probar los platillos populares oaxaqueños es el Mercado 20 de Noviembre, mejor conocido como el “Mercado de Comida”, aunque en realidad cuesta trabajo hallar un restaurante de la ciudad donde se coma mal.
TIPS DE VIAJERO
Visite el Valle de Etla (a 16 km de Oaxaca, rumbo al D.F.), ahí el artista visual Francisco Toledo fundó el Taller de Arte Papel Oaxaca, donde se venden y exponen desde libretas con portadas del autor hasta singulares papalotes, todo con papel y tintas hechas a mano; además, los diseños poseen un alto valor artístico.
FIESTAS Y TRADICIONES
La fiesta oaxaqueña por excelencia es la Guelaguetza (“don” y “participación” en lengua zapoteca), todo un despliegue espectacular de música, cantos, vestidos típicos y danza. En sus orígenes estuvo vinculada a las fiestas de la Virgen del Carmen; hoy es una muestra desacralizada de arte popular de las distintas regiones del estado de Oaxaca. Se le conoce también como “la fiesta de los lunes en el cerro” porque se celebra los dos últimos lunes del mes de julio en el Cerro del Fortín, donde ya hay un auditorio dedicado específicamente a esta fiesta. Los boletos para los distintos eventos se consiguen en ticketmaster y en módulos instalados en varios puntos de la ciudad.
CÓMO LLEGAR Automóvil. Se localiza en el sureste de México, a 470, 1010 y 1360 km por carretera de México, Guadalajara y Monterrey, respectivamente. Avión. El Aeropuerto Internacional de Oaxaca (también llamado de Xoxocotlán) se ubica 11 km al sur del centro (carretera Oaxaca-Puerto Ángel, km 7.5; teléfono: (951) 511 5088), A él llegan aerolíneas nacionales como Aeroméxico, Avolar, Click de Mexicana, Volaris, Aerolíneas Mesoamericanas; y la estadounidense Continental. Autobús. Las principales líneas de autobuses que conectan a Oaxaca con el resto del país son UNO, ADO, OCC, AU y Sur