Las ciudades de la costa guardan los secretos de los dioses mayas.
Chichén Itzá es la herencia de los itzáes, fue una poderosa ciudad guerrera de templos, palacios, un observatorio astronómico, juegos de pelota y el cenote sagrado.
La pirámide más importante es el Templo de Kukulkán, también nombrado El Castillo.
Es una representación del dios Quetzalcóatl, simboliza el calendario solar maya.
En los equinoccios de primavera y otoño desciende por las escaleras la serpiente emplumada, en un juego natural de luz y sombras.
Ésta es una zona declarada Patrimonio de la Humanidad y una de las Siete Maravillas del Mundo Moderno.
Uxmal cuenta con edificios detallados y decorados con una perfección única de toda la región.
Dzibilchaltún posee su Templo de las Siete Muñecas, llamado así por las figuras humanas de cerámica encontradas durante las excavaciones de su descubrimiento.
Ek Balam cuenta con murales, estelas, plazas y palacios cuyas entradas asemejan a la boca de un monstruo con colmillos.
En Acanceh se encuentra una Gran Pirámide y el Palacio de los Estucos, cuyo friso ornamentado con entidades sobrenaturales, deidades y animales habla de una posible relación con Teotihuacán.