En el centro de San Miguel el Alto llama la atención su bien conservado casco histórico, construido en su totalidad en cantera rosa de la región.
Su Plaza de Armas se encuentra rodeada de árboles y bancas, así como de casonas señoriales con sus balcones al aire y un portal con arcos que engalana las esquinas de la plaza, único en México.
San Miguel el Alto fue fundado en 1625 por monjes franciscanos, y a diferencia de otros pueblos de México, su parroquia no se ubica sobre la plaza central. Para poder conocerla debes acudir a la calle de General Francisco Ramírez, para después ingresar a un gran atrio que da la bienvenida al Templo de San Miguel Arcángel.
El Templo de San Miguel Arcángel está construido con cantera rosa y presenta rasgos de estilo barroco y neoclásico. Su interior destaca por sus pisos de madera de mezquitey un altar de inspiración neogótica. Enfrente se encuentra el Santuario de la Purísima Concepción, un obelisco que marca la fundación del pueblo y una estatua del único santo sanmiguelense, fray Reginaldo Hernández.
Siguiendo la calle Macías hasta llegar a la vía Josefa Ortíz de Domínguez, encontrarás la Plaza de toros Carmelo Pérez, un espacio taurino con capacidad para 5 mil asistentes. En este sitio han lidiado figuras como Rodolfo Gaona y Armillita. Aún conserva su arquería, letreros y un reloj de sol labrados en cantera rosa.
Debido a su riqueza y y diversidad de expresiones escultóricas y arquitectónicas, San Miguel el Alto fue nombrado Zona de Monumentos Históricos por el INAH.