Hablar de Semana Santa es hablar de vacaciones, paseos y viajes. Bien sabemos que las alternativas para esas fechas son muy variadas, y que van desde una playa de lujo hasta un camping en cualquier sierra, río o lago; ahora bien, si pensamos en el folclor lo primero que evocamos son las festividades y sus consabidas crucifixiones, como la de Iztapalapa en el Distrito Federal. Así que las opciones son múltiples, y para viajar en esta semana lo único que realmente se necesita son ganas.
Podemos iniciar el viaje el día que deseemos, aunque es recomendable estar en tierras del altiplano potosino para el Jueves Santo. Vale decir que en la ciudad de San Luis Potosí se organiza un buen número de eventos culturales para la semana entera, sin embargo el plato fuerte es, sin duda, la noche del viernes, con su Procesión del Silencio. Pero un momento: no nos apresuremos. Conozcamos primero las demás alternativas.
REAL DE CATORCE
Mucho se ha hablado sobre este mítico pueblo. Que si es fantasma, que si es paraíso de neojipis y bohemios, que sus peregrinaciones, que el ecoturismo, etc. No hay fecha mala para visitarlo, pero la Semana Santa ofrece magníficas opciones. Veamos: el camino empedrado llama mucho la atención; la subida a esa sierrita promete vistas maravillosas. Luego puede visitarse el túnel Ogarrio con su capilla interior de frontón neoclásico.
El gobierno estatal y las autoridades del municipio organizan diversos eventos culturales y populares para toda la semana. Sin falta, el miércoles a las ocho de la noche hay teatro en el palenque. El jueves dan inicio las actividades relacionadas con laSemana Santa: primero la misa de lavatorio de pies, la cual resulta cautivadora por algunos aspectos que rompen los esquemas tradicionales, como el de la comunión, que en vez de la típica hostia se realiza con un pedazo de pan. Después viene la escenificación de la Última Cena en la Plaza de Armas, muy llena de color y devoción. Luego se efectúa la Oración del Huerto y la aprehensión de Jesús en la fuente Centenario. Acto seguido se celebra la negación de Pedro en la calle Constitución, y finalmente el encarcelamiento de Jesús en la Antigua Casa de Moneda. El viernes es el día más esperado en Catorce. Desde temprano arriban decenas de turistas dispuestos a presenciar el momento culminante de la Semana Santa.
Como a las once empieza el viacrucis viviente. Destaca el colorido de los atuendos: Herodes, Barrabás y Caifás portan túnicas muy vistosas de terciopelo rojo, azul y verde. El Cristo se muda de ropa en dos ocasiones, una para el Proceso y la otra para la pasión y su crucifixión. Dimas y Gestas siempre andan de blanco y andrajosos.
La procesión camina lentamente, al paso del Cristo. Los romanos, la Magdalena y el resto de las mujeres completan el cuadro. Es digno de acentuar que el entorno de Real de Catorce resulta perfecto para este tipo de conmemoración: los alrededores desérticos, las casas de cantera derruidas y las callejuelas empedradas e inclinadas, todo transporta al visitante a dos mil años atrás, a las tierras de Medio Oriente. Es como si tiempo y espacio fuesen estáticos.
La crucifixión es impactante. Para cuando el séquito llega, la mayoría del gentío ya está congregada en lo alto del cerro, donde el viento fluye, sin tornarse incómodo. A continuación se alzan las tres cruces, bajo un hermoso cielo azul, limpio y brillante, que a la postre resulta un eximio contraste con los tres cuerpos crucificados y sus taparrabos blancos.
Al terminar la crucifixión sigue la sepultura en el palenque. Minutos antes Judas se cuelga de un pino en la plaza. Es difícil atender ambos acontecimientos, auqnue apurándonos podemos lograrlo.
MEXQUITIC
A tan sólo 25 kilómetros de San Luis, rumbo a Zacatecas, se localiza Mexquitic de Carmona, un pueblo más antiguo que la capital misma, el cual sirvió como punto de avanzada para el descubrimiento de las minas de plata que dieron fama a toda esta región del Gran Tunal.
Su principal atractivo, prácticamente inadvertido por los no potosinos, es una presa donde se realizan paseos en lancha, deportes acuáticos y pesca. Ahora bien, para el conocedor, el Museo-Zoológico José Villet ofrece una interesante oportunidad de apreciar objetos relativos a las ciencias naturales, un magro acuario y una notable colección de animales de diversas partes del país y del mundo; y aún más, para el buscador de maravillas, la parroquia de San Miguel resulta una pequeña joyita digna de admirar a detalle. Originalmente de un convento franciscano del siglo XVI, el altar de la iglesia posee un asombroso retablo de 1630, de estilo churrigueresco con filigrana.
El Viernes Santo en Mexquitic es una buena opción para convivir con un pueblo y sus tradiciones. El número de turistas es mucho menor que en Catorce, e ínfimo si se compara con otros sitios. Los lugareños han instalado afuera de sus casas los altares que hacen alusión a tan memorable fecha, destacando los doce por donde pasará la procesión rumbo al Calvario. Son las doce estaciones de la cruz.
A eso de las once de la mañana, bajo un sol que se anuncia fuerte, el sacerdote invita a los espectadores a entrar a la iglesia, donde Jesús será juzgado, no sin antes haber sido vilipendiado por los romanos en el atrio. Concluyendo el juicio comienza el recorrido por las calles, deteniéndose en cada estación, donde alguien da lectura a un pasaje bíblico.
Posteriormente se incia el ascenso al cerro, el cual presenta una pendiente mucho más inclinada que la del cerro de Catorce, sin mencionar las plantas espinosas, nopales y lechuguillas que tornan las cosas más difíciles. Los romanos no cesan de flagelar al Cristo, quien en verdad paga su penitencia y carga con el pesado madero a cuestas. Nadie le ayuda.
Como acto final se lleva a cabo la crucifixión, también bajo un límpido y azulísimo cielo muy propio del Altiplano mexicano.
A eso de las dos de la tarde, y con los rayos solares cayendo a plomo, la ceremonia concluye, y es oportuno entonces buscar dónde comer. Una vuelta por Ahualulco o la hacienda La Parada, pocos kilómetros adelante, rumbo a Zacatecas, son buenas opciones, y en esos mismos sitios se pueden observar los altares con la Dolorosa, una costumbre muy arraigada entre los potosinos.
SAN LUIS POTOSÍ
Aparte de las actividades locales y los nuevos recorridos por la ciudad en “tranvía”, las mismas oficinas de turismo organizan paseos y excursiones de uno, dos o más días a otras regiones de la entidad, como a las cascadas de Tamasopo en la Huasteca, o al ya mencionado Real de Catorce. Sin embargo, para aquellosque no tienen planeado desplazarse a otros rumbos y prefieren disfrutar de las bellezas de la ciudad, los museos, las iglesias, los parques, las ex haciendas y los balnearios, las presas y los ríos son algunas alternativas, así como la sierra de Álvarez, hermoso paraje alpino y frontera ecológica que divide el árido Altiplano de la agrícola Zona Media. Al lado oriente de dicha sierra se localiza el “Valle de los Fantasmas”, con sus singulares formaciones rocosas.