Las maravillas se multiplican conforme el camino se acerca a la majestuosa ciudad de Zacatecas: soberbias construcciones civiles y religiosas alternan con el poblado minero de Pinos, el convento de Guadalupe y el tramo de camino real de Palmillas. Pero nada sorprende tanto como las pinturas rupestres de Ávalos, testimonio del asombro chichimeca ante el arribo de los jinetes novohispanos.
Recorriendo el estado de Zacatecas hasta llegar a su capital, la magnífica ciudad de la plata que en el siglo XVI dio origen a esta vía, columna vertebral del Virreinato de la Nueva España. La UNESCO incorporó 13 monumentos y conjuntos arquitectónicos de la entidad al incluir al Camino Real en la lista del Patrimonio Mundial. Zacatecas está lleno de espacios formidables que recuerdan las hazañas del siglo XVI. En este artículo veremos siete de tales monumentos en la región de los llanos, es decir, en el sureste del estado.
El primero de tales monumentos está en el pueblo de El Nigromante, unos 50 km al norte de Ojuelos, muy cerca del extremo sur oriente deZacatecas. Se trata de la Capilla de San Nicolás Tolentino de la ex hacienda de San Nicolás Quijas. La hacienda se remonta como mínimo a 1650, cuando se tiene noticia de que fue propiedad del capitán José de Quijas Escalante y Saldaña. No creemos que estuviera a la vera del Camino Real de Tierra Adentro, pero sí estaba muy cerca de él, quizá sobre el ramal que conducía a Pinos.
Como aperitivo al Camino Real en Zacatecas resulta magnífica. Es pequeña y su interior es muy sencillo, pero su fachada está decorada con hermosas esculturas que parecen salidas de un árbol de la vida de Metepec. Son San Nicolás Tolentino, San Juan Bautista, San Antonio de Padua, algunos ángeles y una Santísima Trinidad con sus tres personas de forma humana, esculpidos en formas muy ingenuas, que las hacen únicas en el país. Aparte, los restos de la hacienda son muy curiosos.
A sólo 28 km al noreste de los puntos considerados por la UNESCO en el nombramiento. No exageramos al decir que Pinos es el secreto mejor guardado de Zacatecas. No hay proporción entre la gran belleza que contiene y lo poco conocido que es. Sus parques enrejados, sus viejas casonas, los portales de su Plaza de Armas, sus calles retorcidas y su acueducto son el marco perfecto de tres iglesias barrocas que más de una ciudad envidiarían. En el centro está la Parroquia de San Matías, a la que se le ha añadido a un costado un espléndido Museo de Arte Sacro con lienzos de Miguel Cabrera y Francisco Martínez, que uno francamente no se esperaría encontrar en un pueblito tan diminuto. Al otro lado de la plaza está el ex Convento de San Francisco y su templo, cuya fundación data de 1594. Para llegar a ellos, es preciso caminar un poco cuesta arriba, y es que Pinos está en las laderas de la sierra del mismo nombre.
Nació en 1591 como el Real de Nuestra Señora de la Concepción del Cuzco y minas de Sierra de Pinos. Sus fastuosos retablos y mansiones dan testimonio de las grandes épocas de bonanza que vivió. Pero, aunque se dice que estuvo junto al Camino Real de Tierra Adentro, tanto en el siglo XVI como ahora se ha situado un tanto afuera de las principales vías de comunicación. Su tercer templo, la Iglesia de la Inamculada Concepción, nos recordó que este pueblo fue una de las primeras fundaciones novohispanas. Está en el barrio de Tlaxcala, fundado por aquellos primeros colonos tlaxcaltecas que llevaron a cabo la expansión norteña del Virreinato a fines del siglo XVI y principios del XVII. Aunque alejado de las rutas más trilladas, Pinos es un rincón que no podemos dejar de recomendar a todos los viajeros que deseen conocer esta ruta. Tanto más cuanto que tiene buena comida (la birria local es excelente) y uno de los mezcales (el de la cercana hacienda de La Pendencia) más antiguos del país.
Menos de 40 km separan a Pinos del tercer sitio incluido por UNESCO en el nombramiento del Camino Real de Tierra Adentro como Patrimonio Mundial. Se trata del Templo de Nuestra Señora de los Ángeles, en el poblado de Noria de Ángeles. Este pueblo fue también un real de minas que comenzó a trabajar en 1621.
Las gigantescas montañas de “jales”, es decir, arena y tierra inútiles sacadas de las minas, que se ven a un lado del pueblo dan idea de que la minería ha seguido siendo la principal actividad hasta la fecha. El templo mencionado es sencillo y fue edificado entre 1870 y 1872.
Mucho más fastuosa es la Iglesia de Nuestra Señora de los Dolores en Villa González Ortega, el cuarto sitio zacatecano considerado por UNESCO. Se localiza a escasos 8 km al noroeste de Noria de Ángeles. El pueblo antiguamente fue la Hacienda de Nuestra Señora de los Dolores de El Carro, de lejano origen virreinal. A lo largo de los siglos, esta hacienda tuvo muchos dueños. Hoy sobrevive el casco, que es ocupado como Palacio Municipal y el magnífico templo de 1855 que, sin exagerar, se trata de una de las obras más hermosas construidas en México en el siglo XIX, tras la Independencia. De estilo neo-clásico, no se sabe bien a bien quién fue su arquitecto, pero no cabe duda que fue un genio. Las columnas dóricas de la portada forman un juego increíblemente armonioso con frontones, frisos, ventanas y decenas de urnas que fungen como remates de portada, torres y cúpula.
Estos primeros cuatro rincones mencionados, sin embargo, fueron considerados por UNESCO más por su vínculo cultural con el Camino Real de Tierra Adentro, que por su ubicación. Esta vía, junto con el camino proveniente de Guadalajara y el Bajío, venía desde lo que ahora es el estado de Aguascalientes. Según el historiador estadounidense Philip W. Powell en La Guerra Chichimeca, ambos caminos se juntaban en el punto llamado Cuicillo, que probablemente corresponda al actual pueblo zacatecano de El Coecillo, sobre el límite de ambas entidades, junto a la carretera federal 71 (muy cerca de Luis Moya). Ya unidos hacían una gran curva de unos 70 km en dirección noroeste ruumbo a Zacatecas, justo como ahora lo hace la carretera libre a Zacatecas (federales 71, 45 y 49).
Después de Cuicillo, el Camino Real de Tierra Adentro seguía unos 20 km hasta Ojocaliente. El antropólogo Isidro Aparicio, encargado de cultura de este municipio, nos recordó que fue ahí donde se dispersaron los colonos tlaxcaltecas que llegaron con el capitán Miguel Caldera a pacificar y colonizar los rumbos de guerra del Norte de la Nueva España en 1591. El famoso capitán mestizo apuntó en una de sus cartas: “Me los dio (400 tlaxcaltecas) y en el ojo caliente que llaman Cuisilique los repartí y unos los dejé en Tequizquiapan y otros en Mezquitic y otros en Las Charcas…”. Eso confirma que Ojocaliente estaba sobre el Camino Real y de ahí partía al menos un ramal rumbo a la actual ciudad de San Luis Potosí (donde estaba el mencionado pueblo de “Tequizquiapan”).
Muy cerca de Ojocaliente se encuentran los siguientes dos sitios en la designación del Camino Real de Tierra Adentro como Patrimonio Mundial. Y ambos son, por cierto, increíbles. El primero es la Cueva de Ávalos a pocos kilómetros de la comunidad de El Refugio. No es una cueva profunda, sino más bien un refugio natural ancho y largo ubicado en lo alto de los cerros y con una vista panorámica privilegiada del valle de Cuisilique, donde se asienta Ojocaliente, El Refugio y Palmillas. Ahí, en una especie de nicho interior de la cueva está el tesoro: asombrosas pinturas rupestres de color blanco. Algunas de ellas son los raros símbolos que pueden encontrarse en otros sitios de arte rupestre de América del Norte, como diseños geométricos o figuras antropomorfas que semejan chamanes o mujeres dando a luz. Pero en su gran mayoría representan decenas de cuadrúpedos y figuras humanas en una combinación caótica, pero plena de sentido. Abundan los jinetes: figuras humanas, a veces con sombreros de ala ancha, sobre caballos. Con frecuencia, tales jinetes sostienen en su mano líneas rectas que terminan en círculos; sin duda, reatas para lazar a otros cuadrúpedos. No falta una figura humana que jala de la rienda a un animal. Y por ahí hay hasta carretas tiradas por bueyes (u otros animales) con su conductor al frente. De hecho, la carreta del logotipo que representa el Camino Real de Tierra Adentro, salió de aquí.
Se cree que son pinturas hechas por los antiguos guachichiles de la región al momento del contacto con los novohispanos. Cuando las admiramos ahí, en ese refugio natural, con una vista increíblemente diáfana y extensa de los llanos zacatecanos por donde pasaba el Camino Real de Tierra Adentro, no pudimos menos que estremecernos. No hay modo de revivir cabalmente la confusión, el terror o el asombro de los guachichiles ante la llegada de esa gente extraña que trepaba sobre raros y enormes cuadrúpedos y hacía suertes inimaginables con ellos. Pero una parte de tales emociones nos la transmiten los ingenuos trazos de esos “cuadrúpedos” (¿cómo dibujar un caballo o un buey cuando apenas se han vislumbrado a lo lejos?), el juego reverente de las reatas y el dibujo esquemático y perfilado de las carretas con todo y sus maravillosos dispositivos giratorios que nosotros, en español, llamamos “ruedas”. Uno puede pasearse horas descifrando cada una de las formas incluidas en estas pinturas rupestres y tratando de imaginar qué pasaba por la mente de los artistas que plasmaron estas imagenes únicas.
El segundo sitio en cuestión, se trata del tramo del Camino Real entre Ojocaliente y Zacatecas. Este tramo está muy cerca del pueblo de Palmillas, donde las autoridades virreinales establecieron el último de los presidios antes de Zacatecas. De pronto, huizaches y mezquites se hacen a un lado para dejar pasar el empedrado… uno de unos 7 metros de ancho formado con cantos rodados. No es un empedrado caprichoso. En el medio muestra piedras más grandes, que son como la guía; y de ellas, a cada cierto trecho salen líneas perpendiculares con más piedras grandes. Es la técnica romana de la construcción de caminos aplicada en América, muy útil para hacer pasar grandes carros cargados con lingotes de plata, sacos de granos, textiles, herramientas, mercancías varias; y en definitiva, indispensable para transportar en carros el escurridizo mercurio que a partir de 1550 se volvió necesario para la extracción de la plata en centros mineros como Zacatecas.
El tramo sobreviviente del camino tiene una longitud como de 1 km. Por él llegaron a transitar camiones todavía en los años treinta del siglo XX. ¡Siguió siendo la ruta principal entre Ojocaliente y Zacatecas hasta que se inauguró la carretera federal 45 hace apenas siete décadas!
Desde ahí, por el viejo Camino Real deben de ser unos 15 ó 20 km hasta Guadalupe, pero en automóvil y la actual red carretera toma mucho más. En el viejo pueblo de Guadalupe, ahora ya conurbado con la ciudad de Zacatecas, es donde está el séptimo sitio incluido en el nombramiento de la UNESCO al Camino Real de Tierra Adentro como Patrimonio Mundial: el Antiguo Colegio de Nuestra Señora de Guadalupe de Propaganda Fide.
Este colegio fundado en 1707 por el legendario fraile valenciano Antonio Margil de Jesús fue un convento franciscano dedicado especialmente a la formación de frailes misioneros. De este colegio egresaron los franciscanos que en los siglos XVIII y XIX evangelizaron la mayor parte del septentrión de nuestro país: desde Luisiana hasta la Alta California. Más tarde, con lasLeyes de Reforma, el convento pasó a manos gubernamentales. Todo el conjunto es un prodigio de arte que por sí mismo amerita el viaje hastaZacatecas. Está la Iglesia de Guadalupe, con su formidable fachada barroca, su sobrio interior, y la deslumbrante Capilla de Nápoles de estilo neo-clásico. Luego, lo que fue el antiguo claustro ahora es el Museo de Guadalupe, con decenas de grandiosos lienzos que en parte fueron parte del acervo artístico original del convento.
El Colegio de Guadalupe fue albergue de incontables viajeros en los siglos XVIII y XIX. Muchos pernoctaban ahí antes de llegar a Zacatecas, situado a 8 km al poniente. A caballo, en mula o a pie sólo tomaba un par de horas llegar hasta la ciudad de la Plata. El centro de la ciudad, con sus grandiosos templos, sus mansiones, sus calles elegantes, sus teatros, sus mercados y su soberbia catedral. Esta ciudad, que a mediados del siglo XVI fue el destino final del Camino Real de Tierra Adentro, ha sido desde luego incluida en el nombramiento de la UNESCO.
NO DEJE DE VISITAR:
– En Pinos, el Museo de Arte Sacro suele abrir de 10:00 a 15:00 y de 17:00 a 19:00 horas de miércoles a domingo. Si lo encuentra cerrado en ese horario, pregunte en la parroquia o en la oficina de turismo, frente a la plaza.
– Para ir a la Cueva de Ávalos y el tramo de Camino Real en Palmillas puede pedir permiso y asistencia ante las autoridades comunitarias de El Refugio y Palmillas, respectivamente. Sin embargo, es mejor solicitar con tiempo la visita, llamando previamente a la Presidencia Municipal de Ojocaliente, Teléfono: 01 (458) 944 1353, o acercándote al Archivo Histórico de este poblado en Plaza Principal 11 (bajo la torre).
– El Museo de Guadalupe abre de martes a domingo de 9:00 a 18:00 horas. Entrada general $41.00
DONDE COMER:
– En Pinos está el restaurante Los Arcos. Su barbacoa es excelente y suele tener también muy buen mezcal de la cercana hacienda de La Pendencia (Colón 24, abajo del hotel Don Julián).
– En Guadalupe, frente a su plaza principal, está el restaurante El Recoveco, especializado en bufetes de comida regional. Y a unas cuadras, en la calle Luis Moya 47 A, está Tierra Sur, combinando la excelente calidad de las carnes del norte del país con el modo sudamericano de asarlas y con los exquisitos condimentos mexicanos.
– En el Centro Histórico de la ciudad de Zacatecas hallará una muy amplia opción de excelentes sitios donde comer. Dos de ellos son La Traviata, un restaurante italiano con muy buen sazón (Callejón de Cuevas 109) y el 3Catorce, un bar de tapas con una interesante oferta de vinos (en Plaza Miguel Auza 314).
DONDE DORMIR:
– Mesón de la Merced
Cómodo hotel ubicado a unos pasos de la catedral y la mina El Edén.
Av. Juárez 114, Centro Histórico.
Zacatecas, Zacatecas.
Teléfonos: 01 (492) 922 6370 y (800) 715 2165.
– Hotel Santa Cecilia
Agradable opción de hospedaje de dos estrellas.
González Ortega 93.
Teléfono: (496) 864 0073.