La guacamaya roja contaba con una amplia distribución en México, pero en la actualidad, debido a que se ha comercializado como mascota y a que su hábitat ha sido destruido, ya solo se encuentra ocasionalmente en el estado de Chiapas.
Se le considera una especie en grave peligro de extinción.
El programa de reproducción de guacamayas en cautiverio inició con unos ejemplares adquiridos por donativos o por intercambios entre zoológicos.
Tras establecer las condiciones necesarias para el apareamiento, como definir su sexo mediante examen endoscópico, dejar que escojan pareja y aislarlos, el equipo revisa cuidadosamente los tiempos de adaptación y de incubación, el número de huevos viables y la temperatura del nido.
Cuando nace el pollo hay que separarlo de sus padres para que la hembra vuelva a poner huevos, esto implica alimentarlo manualmente por medio de jeringas especiales y pesarlo todos los días durante los primeros tres meses.
Este proyecto de conservación busca reintroducir la especie en su hábitat natural.